Mundo ficciónIniciar sesiónNo sé si volví a dormirme. O si al estar con Jan hizo que el mal rato pasara más rápidamente, pero para cuando fui consciente, la intensidad de la luz que entraba por la ventana había disminuido.
—¿Qué hora es?
—Pronto serán las sietes.
La fiebre estaba empezando a estabilizarse.
—Siento todo esto —me disculpé, me sentía un poco mejor—. Podría escribir un libro de cómo arruinar una cita perfecta.
—¿Así que ha sido una cita perfecta? —preguntó con una sonrisa mientras algo de su tensión se calmaba.
—La mejor —le aseguré con expresión coqueta, dentro de mi lamentable estado. Se acercó a mí y me besó con gran ternura.
Hacía un rato se había estirado a mi lado y tenía la cabeza apoyada sobre su pecho.
—Te es







