Mundo ficciónIniciar sesiónMe desperté arropada entre sus brazos. Su mano acariciaba mi espalda y la complicidad entre nosotros se sentía bien. Perfecta. Ni siquiera me importó haberme desvanecido entre sus brazos. Sabía que él me atraparía. Y me protegería. Si sucedía de nuevo.
―Hola ―susurré.
―Hola, mi amor.
Arrugué la nariz al escucharle llamarme así, pero algo en mi corazoncito parecía más que satisfecho con ese detalle.
―Necesitas comer y creo que yo también. ¿Volvemos a centrarnos en el plan de asaltar la nevera de mi casa?
―Lo veo.
Después de vestirnos, empezamos a deshacer el camino hasta el todoterreno. Encontré fuerzas no sabría decir dónde, pero en vez de obsesionarme en mis limitaciones, me encontré disfrutando de la conversación de Jan.
Hablaba del lugar con el cariño de quien ha crecido vagando p







