75. Supervivencia
Roxana
El tercer flash explotó contra mis párpados antes de que pudiera apartar la mirada.
—Brazo izquierdo —ordenó la forense, y mi cuerpo respondió antes que mi mente, como si las conexiones entre ambos hubiese fallado.
Mi mente flotaba en algún lugar por encima del techo manchado de humedad, y las paredes con capas de pintura desconchadas de esta sala sin ventanas.
—Ahora gire hacia la derecha.
Giré. La regla metálica tocó mi costilla y el frío me recordó dónde estaba. Hospital General San Matteo. Nada que ver con las clínicas privadas que visitaba. Aquí ni siquiera me miraban.
—¿Presenta dolor en esta zona? —La enfermera señaló la marca en mi cadera.
—Sí.
Mi voz sonó extraña. La oficial Méndez anotó algo en su libreta. Cuando levantó la vista, había algo parecido al pesar en sus ojos pardos.
—¿Perdió el conocimiento en algún momento?
—No.
—Ya puede ponerse la bata. ¿Consumió alcohol antes del incidente?
—Una copa de vino. Por la tarde… —las palabras salieron lentas—. Con mi sueg