Capítulo 25

El desayuno que le siguió a la pelea no fue muy agradable. Por primera vez, desde que volví a la casa, comería con la familia y me sentía nerviosa. Temía que verían a través de mí y descubrirán la confusión que siento.

En el comedor se encontraban Lucciano, sentado en la cabecera con el rostro arrugado y mirada asesina, Loretto a su izquierda, con mi hermana a su lado y un espacio vacío a la derecha para mí, creo. No veía a mi suegra por ningún lado así que no quedaba duda.

-Buenos días -saludé bajito.

-Bue
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