El viaje de retorno al departamento fue silencioso, y una vez que llegaron por más que Vladimir le pidió a Lucy a descansar, esta simplemente se sentó en el sofá de la sala, tratando de analizar cómo su vida había cambiado y sí que lo había hecho.

—Por favor Lucya no deberías de esforzarte...

—Estuve acostada la mayor parte del día Vladimir, créeme que por más que a veces me comporte como una niña llorona no lo soy, puedo ser responsable. —de acuerdo, decir que ella podía hacerse responsable de alguna situación, no era precisamente demostrar adultez, pero al menos en esta ocasión Lucya le quería dejar en claro a Vladimir de que no era una niña.

—No estoy diciendo que no seas responsable. —se apresuró a responder el rubio, sin embargo, Lucya no cambió su rostro, uno que estaba cubierto de dudas, miedos y tristezas.

—No es necesario que me lo digas Vladimir, lo veo en tu mirada, y puede ser que me comporte como una niñata muchas veces, pero… soy una tonta. —terminó reconociendo al tiemp