Capítulo veinte. ¿No es lo que me has pedido?

Sebastián no pudo negarse a lo que Oliver le estaba ofreciendo en ese momento. Su cerebro estaba ligeramente embotado por el licor consumido, pero su cuerpo estaba más que listo para desquitarse por las noches en vela que había sufrido pensando en lo que Oliver hacía con Victoria en la habitación.

Oliver pegó su cuerpo al de Sebastián al sentir como aquella fuerte mano se deslizaba por su espalda hasta sus redondas nalgas y como las tomaba y apretaba con fuerza.

Gemidos abandonaron los labios del muchacho al sentir la polla de Sebastián golpear su pelvis y al sentir como el placer se extendió por todo su cuerpo.

Oliver deslizó su mano entre sus cuerpos y con decisión ahuecó la polla de Sebastián entre sus manos y lo escuchó gemir en medio del beso.

Sebastián presionó con más fiereza sus labios sobre la boca de Oliver, mientras la ropa fue

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo