Mundo de ficçãoIniciar sessãoMi guardia baja la mirada por un segundo, aceptando mi respuesta en silencio, aunque sé que sigue sintiendo la inquietud. Pero eso no importa. Este es mi juego y nadie, absolutamente nadie, me dirá cómo jugarlo.
—Está bien, haremos lo que tú quieras, pero ahora ven —me atrae suavemente y me dejo llevar—. Vámonos a pasear. Ya sabemos que esos dos no saldrán hasta mañana de ahí. Quiero llevarte a un hermoso lugar.El sonido de la voz de mi guardia, su tono suave y conciliador, me devuelve al presente, alejando por un momento la intensidad de las emociones que hierven en mi interior.—¿Y a dónde quieres llevarme? —le pregunto alzando una ceja.—Es una sorpresa —responde con una sonrisa misteriosa—. No te diré, pero estoy seguro de que tanto a ti como a nuestro bebé les va a gustar.—Shhh, no lo digas en voz alta






