234. EL MIEDO DE UNA MADRE
Cristal permanecía inmóvil, abrazando a su madre mientras su mente se llenaba de preguntas que parecían no tener respuesta. Coral y Maxi, una relación que, desde el principio, parecía estar condenada al desastre, producto de años de rivalidades entre sus familias. El amor entre ellos había sido un desafío directo al destino, algo tan peligroso y desgarrador como su propia historia con Gerónimo. Sin embargo, ahora parecía que el destino, como muchos habían advertido, les estaba alcanzando con toda su fuerza.
Cerró los ojos por un instante, respirando hondo, pidiendo a ese mismo destino que dejara de ser su enemigo. Buscó una fuerza que parecía volverse esquiva dentro de ella, pero cuando habló, lo hizo con más firmeza de lo que esperaba.
—Mamá, no te pongas así. Vas a ver que todo tiene una explicación, y Maxi se va a poner bien. Él es muy fuerte. Lo va a lograr, ya verás —le aseguró, aunque sus propias palabras eran para convencerse a sí misma. Rezaba con todo su corazón para que fu