Cristal observa la dinámica entre los dos con una sonrisa, captando el tira y afloja que quizás sea la chispa de algo más profundo. Maximiliano, siempre reservado, parece bajar sus barreras ante la presencia de Coral.
—No, pero eres mi Gatito, te guste o no —respondió Coral con firmeza. —¡Oye, dejen eso para cuando estén solos! —los interrumpe Cristal—. ¿Qué haces aquí, Coral? Cristal siente una conexión instantánea con Coral; de alguna manera, ambas están unidas por los lazos de amor que trascienden el complicado mundo en el que viven. Mientras Maximiliano protesta por el apodo de "Gatito", ella comienza a imaginar un futuro donde las enemistades se disipen y surjan nuevas amistades. —¡Ah sí, se me olvidó para qué vine, Gatito! —dice ella y se gira hacia Maximiliano—. ¿Sabes de q