La villa de Mason permanecía en silencio bajo la luz de la madrugada. Scarlett estaba de pie en la terraza con vistas al viñedo, con el café enfriándose en sus manos. Apenas había dormido desde que Víctor se despertó.
—Estás pensando demasiado alto.
Mason apareció detrás de ella y la rodeó con sus brazos por la cintura. Ella se recostó contra su pecho, sintiendo el ritmo constante de los latidos de su corazón.
—Victor quiere verme.
—Lo sé. La enfermera llamó anoche. —Sus brazos se tensaron ligeramente—. ¿Qué quieres hacer?
—No lo sé. —Dejó el café—. Una parte de mí quiere mandarlo al infierno. Otra parte necesita escuchar lo que tiene que decir.
—¿Y la otra parte?
—La otra parte está aterrorizada de que esto sea una trampa. De que Clara lo esté manipulando de nuevo, de que él diga algo que me haga dudar de todo... —Su voz se quebró—. Odio que él siga teniendo ese poder sobre mí.
Mason la hizo girarse para mirarlo. —Él no tiene poder sobre ti. Tú tienes preguntas. Eso es diferente.
—¿D