Capítulo 68

El amanecer entraba tibio por las cortinas del apartamento, bañando la sala en tonos anaranjados que parecían querer ofrecer un consuelo falso. Nadie había dormido demasiado. La tensión era una cadena que apretaba a cada uno en silencio, y aunque fingían calma, todos sabían que algo estaba a punto de quebrarse.

Emma fue la primera en levantarse. Caminó hacia la pequeña cocina improvisada, buscando distraerse en los gestos rutinarios de preparar café, pero sus manos temblaban tanto que derramó un poco del agua sobre la mesa. Se mordió el labio, frustrada, y entonces sintió unos brazos rodearla por detrás.

Alejandro.

—Déjame a mí —susurró con voz baja, casi ronca por el cansancio.

Emma giró el rostro hacia él y lo miró de cerca. Tenía las ojeras marcadas, los labios apretados y esa expresión tensa que había notado en él desde hacía días. No era solo el cansancio; había algo más, algo que lo consumía desde dentro.

—Estás escondiéndome algo —dijo ella con suavidad, acariciando su pecho—.
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP