—¿Estás completamente seguro?
—Sí, señor. Tres de nuestros mejores rastreadores lo confirmaron. Su hijo ha estado vigilando de cerca a la joven Anchorena desde que regresó del secuestro. Y hay más...
El jefe del Clan Jaguar se encontraba en el último piso del edificio principal, una declaración de poder esculpida en mármol y cristal, escuchando lo que su guardia le decía. Con cada palabra su temor se hacía más profundo.
—Continúa.
—La casa de Hampton... la encontramos completamente limpia, sin rastros, pero uno de nuestros hombres logró detectar un cabello largo en una de las almohadas. Femenino. Y esto.
Dejó sobre el escritorio una horquilla muy pequeña con la forma de un águila en vuelo.
—¿Hay pruebas de que ella estuviera retenida contra su voluntad?
—Ninguna, señor