HIJA DE LA BESTIA.
Mientras hablaban, Rewlly tomó suavemente la mano de Itzel y la guió hacia un rincón especial del jardín del palacio, un refugio donde solían pasar horas conversando y planeando cada batalla. Este rincón tenía un significado único solo para ellos dos.
Al llegar, Rewlly se detuvo y miró a su alrededor, como si estuviera recordando cada momento compartido allí.
—Todas las noches visitaba este refugio, extrañando nuestras conversaciones y la planificación de cada batalla. —contó, con voz suave, cargada de nostalgia —Nunca esperé que alguien me importara tanto después de perder a mi esposa e hijos, Itha —gira a verla —pero llegaste a mi vida, entraste en mi corazón sin tocar la puerta y ahora ya nadie puede sacarte de allí.
Itzel sintió una oleada de emociones al escuchar esas palabras. Su corazón se llenó de una calidez reconfortante, y sus ojos se humedecieron. La confesión de su padre la hizo sentir profundamente amada y valorada, algo que necesitaba oir despues de creer que ya nada po