Tras un paseo turístico por la famosa “Montaña prohibida ” Cuatro jóvenes son interceptados por una relato poco creible. “La bestia de la montaña, el Leon negro” Si bien todos creyeron alguna vez que aquella aterradora criatura no era más que un mito inventado, el verlo frente a frente los obligó a correr tratando de escapar, consiguieron dejar atrás a una de los 4 jóvenes.
Ler mais“Narradora”
Rodeando una fogata para iluminar el oscuro lugar en el cual se encontraban, tres de los jovenes presentes prestaban absoluta atención al relato contado por su amigo.
Entre los presentes habían dos mujeres de 18 y 19 años; Itzel y Karla, y dos hombres de 21 años; Cameron y Nick.
Tras trascender gran parte de la historia; hablando del lugar en el cual los cuatro se encontraban, una de las jovenes no podía evitar observar a su alrededor, sintiendo que de alguna forma no estaban solos.
—¿Oyeron eso? —preguntó Itzel, ganándose las carcajadas de Cameron y Karla.
—Cariño, solo es un relato fantasioso, no tienes que asustarte —comentó Nick, rodeando los hombros de la linda y dulce mujer con la cual llevaba tres años de relación.
—No estoy bromeando, Nick. Realmente se oyó como si varias ramas se estuvieran quebrando —expresó ella, viendo al guapo negar con una sonrisa.
—Tranquila Itha, de cualquier forma si algo estuviera al acecho, tenemos dos valientes hombres que nos protegerán —intervino Karla, dejando a su amiga un poco convencida con sus palabras.
—Sigamos con el relato —continuó Cameron —. Se dice que aunque nunca antes fue vista, una aterradora bestia resguarda las tierras que estan detrás de la montaña prohibida —añadió viendo a los tres —el lugar que justamente estamos pisando en estos momentos.
—¿De donde sacas esas historias, Cameron? —negó Nick con una carcajada de por medio.
—De alguna persona que se lo inventó y público en redes sociales —respondió el narrador, levantando sus hombros —. Según lo que él contaba, fué el único sobreviviente de entre cinco turistas.
“Otra vez ese sonido”
Pensó Itzel, sintiendo esta vez mucho más cerca la presencia de alguien o algo.
—Chicos creo que lo mejor es irnos ahora que podemos —intervino poniendose de pie y viendo todo a su alrededor, muentras esta vez no solo sus dos amigos reían fuertemente, sino que su novio fue parte de las burlas —. Pueden quedarse si quieren, por mi parte prefiero mantenerme segura.
Sin añadir más a la suplica impuesta por el bien de todos, tomó su mochila y procedió a abandonar el campamento que había armado con sus amigos.
“¿Por que razón se había dejado envolver para visitar ese lugar? ¿En que estaba pensando?”
—¡VAMOS ITHA, SOLO ES UNA BROMA! —gritó Cameron entre carcajadas.
Pero aún así ella no pensaba regresar más que a su casa, mantenerse alejada de todo lo que fuera peligroso.
Bien, quizás no era la bestia del relato, pero podría ser algun animal salvaje o una persona completamente enloquecida que tenga deseos de asesinar.
Fuera quien fuera, ella no iba a volver.
—Cariño —oyó decir a Nick, quien corría detras de ella para detenerla.
—¡No Nick! —gritó sin detenerse —. Quedate tu si quieres y sigue burlandote de mi, pero al menos yo estaré segura.
—Espera —dijo detendiéndola por su mano y haciendo que girara a él —. No estaba burlandome de ti, mi amor. Solo reía de lo imbécil que Cameron es pero... No nos vayamos, recuerda que prometiste pasar esta noche aquí y entregarnos por primera vez el uno al otro.
—Hay algo o alguien merodeando el lugar —insistió, oyendolo suspirar.
—Quizás solo es un venado que se perdió o algun conejo —mencionó tratando de tranquilizarla —anda, no hicimos un viaje largo en vano.
—Aún sigo considerando que es una locura quedarnos aquí —respondió girando su mirada en otra dirección.
—Anda mi amor, no quiero quedarme solo con Karla y Cameron.
—Entonces ven conmigo, vayamos juntos de regreso a la ciudad y...
Sus palabras quedaron a medio decir al oír los gritos de Karla y Cameron, quienes aparecieron poco después junto a ellos y les pidieron correr.
—¿Que sucede? —preguntó Nick, corriendo a la par de sus amigos, sin soltar la mano de Itzel —¿No será otra de tus bromas, Cameron? —preguntó molesto, viendo el desespero en los ojos de su amigo, lo cual claramente indicaba que esta vez no estaba bromeando —¡POR UN DEMONIO! —rugió furioso.
En medio de su carrera para salvar su vida, Karla tropieza y cae, notando como sus amigos se alejaban.
—¡NO ME DEJEN! ¡AYUDA!
—¡KARLA! —gritó Itzel, deteniendo su andar.
—¡NO SE DETENGAN! ESA COSA VIENE TRAS DE NOSTROS —grito con desespero Cameron.
—¡ES MI AMIGA, NO LA DEJARÉ! —gritó Itzel con molestia, volviéndose hasta donde la nombrada había quedado estancada con una enorme raíz.
—Itha... —dijo está llorando.
—Tranquila, te ayudaré a salir —pronunció mientras sentía su cuerpo temblar ante el chasquido de las ramas al romperse.
—Esta atorada —sollozo Karla, tratando de sacar su pie de aquel lugar en el cual quedó estancado.
—¡Vamos vamos! Tienes que hacer fuerza o moriremos aquí —pronunció asustada mientras jalaba de la temblorosa joven.
Nick, al ver que Itzel ni podia sola, decide volver también y ayudarla a liberar la pierna de Karla.
Pese a que pareciera una eternidad, solo pasaron minutos de lo sucedido.
—No se oye más ese ruido —pronunció Itha, viendo en todas las direcciones —será mejor que nos demos prisa y aprovechemos el poco tiempo que nos queda.
Y con un poco más de esfuerzo, lograron liberar la pierna atrapada de Karla y continuar con su camino hasta donde Cameron había quedado esperando.
Al llegar al pie de la montaña, notaron que el faltante de sus amigos ya había amarrado la soga para que todos pudieran escalar y volver a casa con vida.
—¡Eres un bastardo, Cameron! —gritó Karla con furia —¡Se sopone que eres mi novio! ¿Porque demonios no volviste por mi?
—Nena, discutamos una vez estemos a salvo —pronunció éste, apurandola para que se amarrara la soga a la cintura y de esa forma poder subir rapido.
En su enfado, Karla volteó la mirada a su pareja amiga, sintiendo por una vez, celos de Itzel. Pues no importaba el miedo que Nick tuviera en ese momento, él no se fue sin ella.
Cuando Cameron estaba por hablar, un fuerte rugido se oyó detras de ellos, obligándolos a voltear y aterrarse con lo que veian.
La luz del atardecer se filtraba suavemente a través de las cortinas, bañando la habitación en tonos dorados y cálidos. Teo estaba sentado en el suelo, apoyado contra el sofá, con la pequeña Lía en sus brazos. La bebé, con sus grandes ojos curiosos, observaba todo a su alrededor mientras jugaba con los dedos de su padre.Itzel, sentada junto a ellos, sonreía al ver la conexión entre Teo y Lía, sin poder creer que desde pequeña, su hermosa hija sintiera tanto amor por su padre. Se inclinó hacia adelante y acarició suavemente la mejilla de su bebé.—Mira cómo te mira, Teo. Está completamente fascinada contigo —dijo Itha mientras sonreía—Y yo estoy completamente fascinado con ella —respondió sin apartar la mirada de esa pequeña de ya seis meses que lo manejaba a su antojo —.No puedo creer lo rápido que está creciendo.Lía soltó una risita y estiró sus bracitos hacia Itzel, quien la tomó en sus brazos y la acunó contra su pecho. Teo se acercó y besó la frente de ambas.—Somos muy afortun
Mientras hablaban, Rewlly tomó suavemente la mano de Itzel y la guió hacia un rincón especial del jardín del palacio, un refugio donde solían pasar horas conversando y planeando cada batalla. Este rincón tenía un significado único solo para ellos dos.Al llegar, Rewlly se detuvo y miró a su alrededor, como si estuviera recordando cada momento compartido allí.—Todas las noches visitaba este refugio, extrañando nuestras conversaciones y la planificación de cada batalla. —contó, con voz suave, cargada de nostalgia —Nunca esperé que alguien me importara tanto después de perder a mi esposa e hijos, Itha —gira a verla —pero llegaste a mi vida, entraste en mi corazón sin tocar la puerta y ahora ya nadie puede sacarte de allí.Itzel sintió una oleada de emociones al escuchar esas palabras. Su corazón se llenó de una calidez reconfortante, y sus ojos se humedecieron. La confesión de su padre la hizo sentir profundamente amada y valorada, algo que necesitaba oir despues de creer que ya nada po
Una vez en la mansión de la manada Estrella, Itzel se dirige a la habitación con intenciones de descansar.Su mente se llenaba de recuerdos, aquellos donde la mirada acusadora de su hermano le reprochaba, de Rewlly pidiéndole que se detuviera y De Teo, con una mezcla de apoyo y desacuerdo.Por momentos creyó que debía actuar según los reproches que le daban, pero su corazón latina desbocado al querer liberar todo ese odio acumulando durante tres años.El peso de la traición la llevó a actuar como una asesina en serie, queriendo que sintieran el miedo que sintió, que supieran cuan horrible fué creer que no tenía salida y ese sería su final. Quería asustarlos. Pero cada vez que veía sus rostros llenos de terror, en cada momento de suplica... su sed de venganza aumentaba un poco más, haciendole jurar que no pararía hasta destruirlos completamente.—¿En que piensas? —preguntó Teo luego de entrar y cerrar la puerta detrás de si.—Me cuestiono a mi misma si estuvo bien mi reacción. Después
El consejo de los lobos se reunió en el gran salón, sus rostros serios y llenos de preocupación. La noticia de lo sucedido con Itzel había llegado a sus oídos, y sabían que debían tomar una decisión justa. Aunque los lobos tenían prohibido matar humanos, entendían que la situación de Itzel era diferente. Los humanos habían atacado primero.El líder del consejo, el anciano sabio llamado Astrad, se levantó y habló con voz firme.—Itzel, entendemos que actuaste en respuesta —dijo, mirando a la joven alfa—. Sin embargo, no podemos ignorar que has tomado vidas humanas. Por ello, el consejo ha decidido imponer un castigo, aunque será menos severo debido a las circunstancias.Antes de que Itzel pudiera responder, Teo dió un paso adelante.—Yo también quiero recibir el castigo —dijo, su voz firme y decidida.—No, Teo. Yo fui responsable, y soy yo quien debe pagar —Intervino Itha luego de verlo con sorpresa, ganándose una mirada determinada de su esposo.—Somos una pareja, Itzel. Como tal, asu
Itzel arrastró a Karla y Nick por el suelo rocoso, sin mostrar piedad alguna. Sus cuerpos se sacudían con cada obstáculo, pero ella no se detenía. La colina, testigo mudo de su sufrimiento, se alzaba imponente bajo la luz de la luna. Ambos estaban demasiado débiles para resistirse, sus cuerpos magullados y adoloridos por la caída desde la cima.Finalmente, llegaron al claro donde, años atrás, habían hecho una fogata con la intención de acampar. El lugar estaba envuelto en sombras, pero el resplandor de la luna revelaba una figura atada a un árbol. Karla y Nick, aún aturdidos, levantaron la vista y sus ojos se abrieron de par en par al reconocer a Cameron. Su cuerpo estaba cubierto de cortes, y la sangre manchaba su ropa y el suelo a sus pies.—¡Cameron! —gritó Karla, su voz quebrándose por el horror y la desesperación.Cameron levantó la cabeza con dificultad, sus ojos llenos de dolor y resignación. Itzel se acercó a él, su rostro iluminado por una sonrisa cruel.—¿Recuerdan este luga
Aunque no estaba de acuerdo con las medidas tomadas por su esposa, Teo solo hizo lo que ella pidió.Luego de dejar inconscientes a Karla y Nick, los montaron en el carro y tomaron rumbo al lugar en el que Itzel fue cruelmente abandonada por ellos.Si bien aún no sabía con certeza si quería asesinarlos o solo asustarlos, estaba preparado para asumir las consecuencias junto con ella. De eso se trataba ser una pareja. Si ella era condenada, él también lo sería y si su vida estaba en peligro, él daría la suya para protegerla.—Si tu padre descubre que...—Él es quien más me comprende —interrumpió sin apartar su oscura mirada del paisaje nocturno —prácticamente pasamos por lo mismo. Solo que a él le arrebataron lo que más amaba y a mí casi me quitan lo único que tenía —vuelve la mirada a él —¿Crees que es incorrecto tomar la justicia que merezco?—¿No podías dejarlo en manos de la policía? ¿Es necesario…?—Lo es para mí —cortó, negándose a darle la razón —. No estás en mi lugar, no sabes l
Último capítulo