NERYA
El camino frente a mí es borroso, como si caminara a través de un sueño del que no puedo despertar. Cada paso que doy parece alejarme un poco más de la realidad, llevándome a un torbellino de confusión y emociones contradictorias.
Salí de la casa de Liam al amanecer, dejando atrás su calor reconfortante. No quería irme, pero algo dentro de mí me empujó a hacerlo. Una necesidad irreprimible de entender lo que sucede dentro de mí, de desentrañar el misterio que rodea mi alma.
Conduzco por la carretera sinuosa, las manos crispadas en el volante. El paisaje pasa a mi alrededor, una sucesión de campos y bosques que parecen extenderse hasta el infinito. Pero mi mente está en otro lugar, perdida en un laberinto de pensamientos y sentimientos.
A medida que me acerco a mi propia casa, una vivienda moderna situada en el corazón de una amplia propiedad, siento una mezcla de aprensión y alivio. Esta casa es mi santuario, un lugar donde puedo estar sola con mis pensamientos, lejos de la pres