CAPITULO 79 Gracias, Jace. La pasé genial.
¿Qué pensaría de él? ¿Que la acosaba para aprovecharse de su situación? Sería imperdonable.
El viaje de vuelta fue tranquilo, y la notó satisfecha, aunque callada. Pensativa, aunque no más de lo habitual, y relajado el gesto de triste preocupación que se había vuelto su sello en los últimos meses. Al llegar a su hogar, parada a su lado, lo observó con una sonrisa franca y le extendió la mano, que él tomó entre las dos suyas, casi con veneración.
—Gracias, Jace. La pasé genial. Como hace mucho tiempo no lo hacía.
—Me hace feliz saberlo, porque era lo que quería lograr. Tu rostro, toda tú resplandeces cuando estás contenta y distendida, sin sombras.
Tina miró a un costado con ese inevitable rubor con el que recibía sus palabras.
—Es bueno dejarse llevar y olvidar lo que te atormenta. No es fácil, pero…
—He hecho mi misión ayudarte con eso, ¿recuerdas?
—Es demasiado. No quiero ser la egoísta que te retiene y te distrae.
—No lo eres—Su dedo pulgar acarició la mano aún entre las suyas, reg