—De esto hablaba—Jace se frotó las manos y se acercó a las vitrinas como un niño que no sabe qué va a elegir y quiere todo— Si son la mitad de deliciosos que los que prepara Casandra, estaremos bien. Anda, elige— la instó— Tengo que alimentarte; me temo que descuidé esa parte del paseo.
—No es que me vaya a pasar nada, no estoy falta de reservas—se encogió de hombros mientras observaba los funnel cakes, los muslos de pavo asado, los batidos y otras delicias.
La mano en su hombro y el soplo en su oreja cuando él se inclinó para hablarle la hicieron temblar.
—Toda tú eres perfecta, cada detalle. No quiero escuchar que dices algo buscando denigrarte.
Se mordió el labio inferior y pretendió reconcentrarse en la elección, como si tuviera ante sí una difícil. Finalmente, lo miró y señaló:
—Un Thrill Shake, cookies y crema. Con una barra de helado y una paleta de pastel cubierta en Oreo.
—Uhha, esa bomba tiene suficiente como para alimentar a los dos. ¿Te molesta compartir?
—En la medida que