Kaleb era seductor por naturaleza y no lo escondía, eso lo podía ver. Ella no se sentía amenazada por él, por el contrario. En una semana había sido capaz de despertar su libido dormida y volverla a reconectar con su sexualidad, sin hacer un solo avance obvio y sin tocarla. Y eso era el mayor progreso que Casie había hecho desde hacía años.
Él no había explicitado cuánto tiempo estaría por el local, pero suponía que esta semana sería suficiente para darle los insumos que
necesitaba para orquestar la campaña de marketing para ayudarla. Supuso que cuando él no estuviera a su alrededor volvería a su normal y aburrida rutina de amasar y decorar prescindiendo de su entorno. Así que tal vez hoy sería el último día de verlo por tanto tiempo. Eso sería una ganancia si consideraba que al menos dos veces había arruinado algunos productos por estar soñando despierta, observándolo a hurtadillas.
Él seguiría con su vida, ella quedaría atrás, pero la experiencia liberadora probablemente la impulsar