Oscar, un gran médico quien lleva una vida normal. Tiene el trabajo perfecto, la novia perfecta, pero un suceso le hace cambiar para siempre. Alejandro hospital llega una mujer muy herida en estado de coma. Él se esfuerza por salvarla y poco a poco se enamora de ella. Hace todo lo posible por salvarla hasta que despierta. Ella se muestra agradecida y corresponde ese amor, pero tiene muchos secretos que llevarán al doctor a la ruina.
Leer más—Doctor Óscar, se le requiere en la sala de urgencias por favor.—Le pedía una enfermera muy apurada al médico que era la solución a un problema grave en esa área.
—Pero Candy, acabo de regresar de ahí.—Respondió él un poco molesto y con rasgos de estar bastante cansado y hambriento.—Quería tomarme un momento para comer algo en la cafetería, ¡Ya lo necesito! —Lo siento mucho pero no hay ningún otro especialista de guardia y me temo que han llegado algunos pacientes que necesitan ser evaluados por usted.—La enfermera era muy insistente en su cometido. Había trabajado durante tres años en ese sector del hospital en donde conoció a Óscar. En ese tiempo logró tratarlo muy bien y sabía que era de los médicos que lo daban todo por su trabajo, era muy confiable y por eso se había hecho una gran fama en el hospital. —El propio doctor Méndez me pidió que viniera por usted, está seguro que será necesario. —¿Qué es esto?—Una mujer con bata blanca se acercó a ellos después de escuchar la conversación.—El médico más guapo y s*xy de todo el hospital, ¿se está haciendo del rogar nuevamente? La mujer que se acercaba era una doctora con algunos años trabajando ahí en el hospital pero en otra área. —Hola mi amor ¿Ya terminó tu descanso?—Le dijo él muy emocionado por verla. —Asi es mi vida, vengo del comedor.—Se acercó a una distancia tan corta que fue muy sencillo darle un beso de pico. —¡Uy!… ¿Solo así me vas a besar?—Preguntó ella un poco decepcionada. —Mi amor, ya sabes que aquí en el hospital no podemos darnos muestras de cariño, está prohibido.—El médico le respondió tratando de bajar el tono de voz. —Lo sé, lo sé, por eso te perdono pero cuando salgamos me lo vas a reponer.—Se acercó para hablarle al oído.—O en el cuarto de descanso como ayer en la noche… La pareja era reconocida por todo el hospital por ser la mejor combinación, dos médicos exitosos y encargados mutuamente en sus áreas, ambos jóvenes, guapos y con mucha facilidad para hablar con las personas. Estaban tan enamorados el uno del otro que no se molestaban en disimular su amor en público. Eran jóvenes y su relación lo era aún más, asi que la estaban disfrutando con mucha pasión, misma que contraponía a la responsabilidad en muchas ocasiones. Pero aquella pareja había conseguido salir bien librada en algunas escapadas dentro del hospital, situación que les daba una gran satisfacción. Fuera del hospital ocurría algo similar, disfrutaban al máximo su relación pero sin la adrenalina de ser atrapados. Aunque eso no pasa muy seguido, debido a su absorvente profesión, la mayoría del tiempo la pasaban en el hospital. Ahi dónde todo parecía prohibido. ¿Quién podría culparlos por querer verse y relájese juntos dentro de las instalaciones donde estaban dejando su tiempo y sus vidas? —Doctor por favor, ¿podemos irnos ya?—La enfermera volvía a insistir con un tono de prisa mientras giraba la cadera para caminar hacia atrás. —Si, está bien, deber es deber.—Estaba mucho más convencido de ir a cumplir con su trabajo aunque no hubiera comido nada, había bastado con la inspiración de ver a su novia. —Nos vemos en un rato, corazón.—Dijo él a su amada enviándole un beso con la mano mientras se iba. —Claro cielo, te estaré esperando.—Le respondió guiñando el ojo y respondiendo el beso tronando sus labios. La doctora era una mujer de 30 años, alta y de piel morena, cabello negro lazio que solía peinarlo con una cola de caballo. Usaba una bata muy ajustada que le hacía relucir su bien formada cintura. Su pantalón era azúl claro, el habitual del trabajo. Caminaba muy segura de sí misma demostrando lo feliz que era y el éxito que le acompañaba en su vida. Ella estaba profundamente enamorada del médico, desde que él llegó al hospital ella quedó flechada sin haberle hablado. Y parecía que el encanto también había funcionado para él. La sala de urgencias era un lugar muy activo, todos corrían para desplazarse de un lugar a otro constantemente. La energía era un poco deprimente y no era para menos pues lo que se vivía ahí eran cosas muy fuertes que harían quebrara al más duro. El doctor Óscar era de aquellos que se habían acostumbrado ya a esos estados críticos que incluso le hacían trabajar de manera monótona, bien se decía que los primeros pacientes de cualquier doctor siempre iban a quebrar su corazón, pero mientras más avanzaran por ese camino, iban desarrollando una armadura que los hacía inmunes de involucrarse sentimentalmente con los pacientes. Óscar se sentía culpable por este cambio que había experimentado, sintiendo que su parte humana podría incluso desaparecer. Tratando de rehusarse a eso en algunas ocasiones contaba chistes a sus pacientes o se dejaba seducir por las historias tan interesantes que le contaban. Óscar entró por unas puertas corredizas que daban acceso a la sección de urgencias, al entrar pudo notar que todos estaban muy ocupados, lo que ocurría cuando muchos pacientes entraban simultáneamente. —Doctor Méndez, que bueno que lo veo.—Un hombre con bata blanca se acercó a él en cuanto lo vió. —Necesitamos su presencia por aquí, hay una paciente que necesita de sus conocimientos. —¿Qué sucedió aquí? Hace unos momentos cuando salí no había tantos casos. —¿Cómo?, ¿no le avisaron?—El médico que le hablaba se sorprendió ante su desconocimiento de la situación.—Nos reportaron hace 45 minutos un accidente, dos camiones de transporte público chocaron en una avenida principal provocando muchos heridos.—Su tono de voz era muy acelerado.—Por la zona, los trasladaron a tres hospitales diferentes, tanto a los más cercanos como a los especialistas en traumatología. —No, nadie me dió el reporte por eso no pude estar listo.—Miraba para todos lados observando a sus compañeros atender a las personas heridas que se quejaban del dolor.—¿En qué les ayudo? Hay mucho trabajo por hacer. —No se preocupe, está zona esta bajo control, los especialistas y enfermeras ya están trabajando en atenderlos.—El médico comenzó a caminar para indicarle el camino.—A usted lo necesito en un caso particular que se encuentra en la habitación UH2, acompáñeme por favor.El departamento era un caos total. No había signos de orden e higiene como lo había sido durante mucho tiempo. Gracias a eso se podía adivinar que el habitante era un hombre descuidado que no tenía interés en nada.Había basura por todo el lugar, principalmente botellas de alcohol como whisky y ron, estaban acompañados por latas de agua mineral. Vasos estaban regados por todos lados e incluso uno estaba roto. Sin importar el riesgo de poder cortarse solo fue desplazado al rincón.En los residuos también se notaban envolturas de alimentos, la mayoría pertenecían a comida rápida, dulces, y postres. La persona que los consumia no se estaba cuidando para nada.Las cortinas del apartamento estaban completamente cerradas. Si no fuera por los intensos rayos de sol que entraban a pesar de esto, no se tendría noción del tiempo.El principal desorden estaba en la sala. Un espacio muy grande y con bastantes muebles, entre ellos destacaban sillones negros que estaban desalineados como su alguien
"¡Despertó, despertó!"Se escucharon los gritos desesperados por parte de un enfermero."Doctor, la paciente despertó"El personal en el hospital comenzó a escuchar tan efusiva voz. Poco a poco se acercaron para saber más detalles de sus incesantes gritos.La mayoría de imaginaba de que se trataba, el caso de la paciente atendida exclusivamente por Óscar era sonada por todo el hospital, sabían perfectamente de aquella chica y de lo que se esperaba.Algunos pensaban que no iba a despertar mientras que otros mantenían la esperanza, entre ellos el director quien sabía perfectamente la importancia de que algo así sucediera, su hospital se alzaría aún más en la fama.—¿Qué sucede?—Se acercó el médico a cargo, Carbajal. Había sido elegido para cuidarla.—No grites así.—La chica abrió sus ojos, la operación funcionó.—Segui muy emocionado.El médico que lo escuchaba comenzó a sumergirse en esa alegría que él enfermero irradiaba. Era una excelente noticia, un milagro y sus emociones se conecta
Su aspecto físico había cambiado un poco. Tenía cabello muy abundante el cual se notaba más por estar severamente despeinado.Su condición no era la misma, su semblante había cambiado así como si mirada. Quizá Amanda le hacia más bien del que quería reconocer, o quizá era el tiempo haciéndole saber que no se había estado cuidando como debía; las noches de desvelo, la mala alimentación, el estar de malas, ser consumido por el estrés, todo le estaba cobrando factura.Tampoco ayudaba el hecho de que él mismo se descuidaba, no se cambiaba de ropa y pasaba días sin bañarse. La vanidad había pasado a segundo plano. Aunque cuando visitaba a su paciente optaba por acomodar su cabello o arreglarse la camisa, lo hacía para bromear con ella pues sabía que no podía verlo. Aún así, esperaba con ansias el momento de su despertar para ahí usar todos sus atributos.La jóven estaba siendo cuidada de una forma que en su estado no podía percibir, pero seguramente su corazón notaba aquella calidez del mé
Óscar se fue y dejó a su paciente como un padre que deje a su hijo en la escuela la primera vez. Sentía que la abandonaba y no dejaba de mirar atrás para verla antes de salir completamente.Aceleró el paso pues ya iba muy retardado y eso era algo que al director no le gustaba. Esta era su última oportunidad para seguir atendiendo a la joven.Al llegar pidió permiso para entrar a través de la recepcionista que trabajaba ahí. Ella muy amablemente le pidió esperar para informarle al director de su llegada. Óscar se impacientó pues ya quería regresar y poner en práctica lo que había pensado para salvarla. Pero antes necesitaba luchar por el permiso que solo el director le podía dar.Sin más demoras logró entrar y hablar con él que ya lo esperaba. Le contó todo su plan de una manera tan apasionada que se sorprendió incluso a sí mismo.—Me parece un excelente proyecto querido doctor Méndez.—Había un tono de satisfacción en su voz.—No cabe duda que la espera tuvo sus recompensas.El director
—Doctor Óscar ¿Por qué no se va a descansar? No se le ve muy bien.—De nueva cuenta una de las enfermeras de turno le hacía incapié en su facha.—Le prometo que no quitaré mis ojos de encima de esta paciente, pero vaya a descansar.—No puedo Susana.—Dijo mientras reposaba en una cama tallándose los ojos.—Acordé con el director que encontraría una cura o por lo menos el diagnóstico del caso. No tengo mucho tiempo para eso así que debo continuar. Me come el reloj.—Entiendo bien su profesionalismo pero le daré un consejo.—Lo tomó del hombro en señal de compasión.—Si está cansado su cerebro no trabajará al cien y será el doble de tiempo en ocupar una idea. Si descansa, pronto encontrará la solución que busca.—Eres muy sabia, creo que tienes mucha razón. Mis ideas ya no están frescas y necesito descansar.Óscar se levantó y miró a la paciente que seguía sin reaccionar pero que ya estaba respirando por sí misma y eso era un gran avance.—¿Crees que puedas dar el reporte al médico que venga
La ruptura de la que parecía ser la relación más hermosa de todo el hospital había sido motivo de chismes y comentarios de pasillo. Todos murmuraban acerca de esta situación y las mil razones inventadas para que esto sucediera.Desde las más semejantes a la realidad como que Óscar se había buscado a otra, una paciente que era un amor del pasado del médico y que se interpuso en la relación.Otras versiones decían que había estado bajo mucho estrés y que explotó con su hermosa novia. Algunas culpaban a Amanda por este hecho diciendo que tenía un carácter insoportable y que el noble de Óscar se había hartado.Las versiones continuaban hasta lo más creativo pero que se alejaban de la realidad: "Óscar resultó ser gay y lo cacharon dándose amor en la sala de juntas. Mientras se especulaba Amanda llegó y los agarró en plena movida" Se escuchaba esto en los pasillos. "Amanda se va ir lejos a estudiar y tuvo que elegir entre lo profesional y el amor. Obviamente eligió su carrera".Esto se come
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