No Voy A Rendirme
Evan se mantuvo en silencio.
Lo había hecho durante toda la videoconferencia, con el rostro neutro y la mirada fija en la pantalla como si cada palabra no lo estuviera destruyendo por dentro. El despacho de la Comisión era amplio, frío, insonorizado. Pero él apenas podía oír el rumor de su propia respiración por encima del martilleo en sus sienes. Se obligó a no moverse, ni parpadear demasiado, mientras Aurora hablaba desde el penthouse de Callum Whitaker. Conocía su apartamento y no estaba en él.
Ella lucía pálida, pero serena. Vestía un suéter amplio que apenas insinuaba el contorno de su vientre. Un vientre que, ahora lo sabía, no estaba vacío. La criatura que todos en la sala sabían que ya crecía en su interior, era el detonan