POV de Hugo
La lluvia de luz plateada caía despacio, pero cada partícula que tocaba el suelo pesaba como una hoja de cuchillo.
El Consejo estaba dispuesto en un semicírculo, sus túnicas ondeando bajo el viento.
Y en el centro de todos ellos… Eralyn.
Su mirada era afilada, pero su sonrisa tranquila, la de alguien acostumbrado a ver la muerte sin culpa.
—No vengo a declarar guerra —dijo con voz serena—.
Vengo a terminar algo que comenzó hace siglos.
Me situé delante de Clara, bloqueando su vista.
—¿Algo que ustedes comenzaron… o algo que ustedes destruyeron?
Eralyn me sostuvo la mirada.
—Sigues igual que antes, Hugo. Siempre luchando contra lo inevitable.
—Ustedes hicieron ese pacto, no ella.
Ella inclinó un poco la cabeza.
—Sofía lo hizo. Pero el mundo exige su pago en sangre. Esa es la ley lunar.
—No me importa la ley lunar.
—Debería —susurró—, porque sin ella, tú no estarías vivo hoy.
Estuve a punto de avanzar, pero Clara me tomó del brazo.
—Déjame hablar.
La miré con un gesto duro.