POV de HUGO
Yo sabía que ella lo había visto.
Incluso antes de que Clara tocara esa pluma, ya había sentido su vibración desde la sala de reuniones.
La energía lunar dentro de ella reaccionó con demasiada rapidez, como si su cuerpo empezara a reconocer algo que nunca debió recordar.
Me quedé de pie frente a la ventana, observando el reflejo de la ciudad que empezaba a iluminarse con las luces del atardecer. Los edificios se alzaban como fragmentos de vidrio, fríos y vacíos. Este mundo humano... demasiado brillante para algo como yo, pero demasiado oscuro para olvidarlo.
El sonido de la puerta interrumpió mis pensamientos.
—¿Señor?
Su tono era cuidadoso, como el de alguien que sabe que se acerca al cráter de un volcán activo.
No me giré. —Entra, Clara.
Sus pasos eran suaves, medidos. Pero por su respiración supe que estaba nerviosa.
—Usted me llamó esta tarde —dijo por fin—. Sobre el informe de exportación. Ya lo he corregido y… —se detuvo.
Miré su reflejo en el vidrio: sostenía una ca