*De regreso*
El viaje había iniciado y con este la tensión, pues Amalia sentía miedo. Llevaba con ella al pequeño Steve, trataba de recargar fuerzas mediante su bebé y las esperanzas de tener de vuelta a su madre. Con ese pensamiento se mantuvo todo el camino, pero al llegar al lugar que había abandonado de una manera tan triste y repentina, la hizo regresar a su realidad.
La recibió el chófer de Dylan y la llevó al Penthouse que tenía en el centro. Su pequeño bebé estaba encantado con las luces y su rostro se iluminó conociendo nuevos lugares.
—Bienvenida, Amalia. Solo tenemos tiempo para que te arregles para ir a la reunión.
¿Había sido una buena idea regresar? Sabía que la respuesta era negativa, pero lo que no podía descifrar era lo que realmente sentía, pues a pesar del miedo se sentía en casa.
—¿Debo asistir? —dejó salir sus palabras sin poder detenerla.
Entonces Dylan caminó hacia ella y tocó su hombro. —Desde el principio, te dejé claro que esto no es una obligación. Ahora voy