*Un error*Steve se sentía amado en los brazos de sus abuelos. Las carcajadas, las miradas tiernas y la tranquilidad con la que permanecía en sus brazos hablaban de ello. Solo que el miedo estaba presente, pues Amalia lo tendría que compartir o quizás perderlo, ya que sus abuelos no estarían dispuestos a tenerlo lejos. No después de saber que existe y haberlo tenido entre sus brazos.—¡Hey! ¿Has escuchado lo que te he dicho?Dylan le habló, ella negó y lo miró con horror. —Tengo miedo. Creo que no fue una buena decisión regresar.—Siento mucho tener que decirte que el error lo cometiste al aceptar el contrato. ¿Pensabas que el bebé sería solo para ti?Su corazón cayó al vacío y lo peor era que no se podía devolver el tiempo para cambiar su decisión. Ella, sin poder detenerla, dejó caer dos gruesas lágrimas por sus mejillas. —Steve y mi madre son lo único que tengo.—Por eso insistía en que regresaras, esta es mi manera de ayudarte a que permanezcas al lado del pequeño Steve.—¿Ayudarm
La noche era oscura y los pensamientos robaban su tranquilidad en todo momento, así que Amalia cerró sus ojos decidida a poner su mente en blanco e intentar salir de su realidad.El agua del jacuzzi estaba en el punto perfecto y por fin su cuerpo inició a relajarse, pero no por mucho tiempo, pues empezó a sentir unas manos que se deslizaban por su cuello acariciándolo suave y sutilmente. Luego escuchó esa voz que le susurró.—Por favor, no abras los ojos.—¡No puede ser!Esa voz y ese aroma eran conocidos y fue cuando su corazón empezó a latir con gran velocidad. Ella quería abrir los ojos, pero hizo lo que se le ordenó y los mantuvo cerrados mientras disfrutaba de las caricias que la hicieron estremecer por completo. No sabía cómo nombrar lo que en ese momento sentía y solo disfrutó del momento relajante, pero de la misma manera que inició, terminó todo…—¡Dante! —gritó y abrió los ojos con esperanza de verlo, pero al buscar por todo el espacio no había nadie.Su cuerpo temblaba y as
«Narrador»En un gran salón de eventos Luxury en el centro de Manhattan, se estaba llevando a cabo una reunión donde celebraron un reconocimiento más a “Dante Jones": Un importante CEO que por años había sido nombrado “Empresario del año” Este logro permanecía firme cada año, pues su trabajo y desempeño lo mantenía siendo el número uno.Todos admiraban la inteligencia y capacidad que lo mantenía en la cima. Sin embargo, su rostro estaba seco y sin ninguna expresión, esa era su forma natural y la que todos ya conocían.—¡Mi querido y amargado amigo! —se acercó Dylan, su mejor amigo y compañero —¿Ya cansado de recibir el mismo nombramiento cada año?—¡Shhh! Siempre tan impetuoso y falta de respeto ¿Qué sucede si te escuchan los chismosos de la farándula y los paparazzi?Él se quedó mirando a Mía: Una socialité hermosa que cautivó a todos desde su ingreso a la importante reunión. Ella era esbelta, alta, cabello escandalosamente rubio y de carácter totalmente engreído y caprichoso.—No cr
Al siguiente día, llena de esperanza en una nueva oportunidad, Amelia se vistió acorde a la ocasión. Miraba su reflejo frente aquel viejo y roto espejo, mientras los nervios tomaban control absoluto de su cuerpo.—¡Hermosa! —escuchó la voz de su amiga Elisa, quien siempre está pendiente a todos sus pasos.—Me has asustado. ¿Ya se tocan las puertas?Ella con los ojos entrecerrados analizó a su amiga y la miraba con picardía —¿Tienes una cita y no me contaste?Amalia continuaba en el espejo —No sé si llamarla cita, pero el empresario Jones, me ha invitado esta tarde a una reunión.—¡No! ¿Volviste a verlo?—Él se acercó y me invitó esta tarde a su mansión.—¿Lo hizo en persona?Ella asintió con su rostro sonrojado mientras le daba vuelta a un mechón de su cabello.—¿Qué crees que te va a proponer?—¡No lo sé! Y no sigas haciendo preguntas que solo me estás poniendo más nerviosa.—¿Piensa que te comprará la virginidad? De ser así asegúrate de que sea bien pagada.—¡Elisa!! No me estás ayu
Con el corazón palpitante y sus rodillas a punto de traicionarla amenazando con tirarla al suelo, Amelia salió corriendo de la mansión y tomó un taxi. Ella después del beso había perdido el control por completo.En cuanto el chófer se percató de lo sucedido fue con su jefe, quien aún permanecía en la sala repitiendo en su cabeza cada gesto de la señorita que lo acompañaba hacía solo unos minutos. Él fue interrumpido por el molesto ruido de una persona que aclaraba su garganta.—¿Qué sucede?—La joven salió a toda prisa y no permitió que la llevará.—¿Se ha marchado? —se puso de pie mostrando su descontento.—¡Así es! Ella tomó un taxi y se marchó.Él se quedó un rato pensativo y luego miró a Samuel «su chófer»—¿Hiciste lo que te pedí sobre investigar a Amalia?—Como lo imaginé desde un principio, ella es una mujer marginal que no tiene nada que ofrecer.—No te pedí tu opinión, te pedí investigar a la joven. No me hagas enojar.—Bueno. Me enteré de que tiene a su madre internada en un
«¿Qué es esto?»Los días pasaban y Amalia se acostumbraba a los cambios producidos en su vida. Ella trató de estudiar sobre el comportamiento y la forma correcta de actuar frente a las personas de la alta sociedad, cosa que no se le hizo para nada difícil gracias a su destreza e inteligencia.Había llegado el sábado y ella no tenía ninguna información sobre Dante, pero confiando en que pronto estaría de regreso, se preparó con ayuda del asesor que dejó para ella, y justo a las 7:00 PM hizo su entrada encontrando a una mujer totalmente diferente.Ella lució un vestido color champán con un escote elegante, pero atrevido, accesorios en oro, guantes blancos y cabellera negra suelta, dando ese toque de belleza natural.—¡WOW! Luces radiante —caminó hacia ella, impactado por el gran cambio, y le ofreció su brazo para que ella lo acompañara.—También luces muy apuesto.Ellos se marcharon tomados de las manos, robando todas las miradas, y así permanecieron hasta llegar a la mansión de los pad
¿Dónde quedó el hombre dulce, amable y complaciente? ¿Acaso alguna vez existió?Amalia sentía que todo su cuerpo le dolía, pero la presión más fuerte la tenía en la parte baja de su espalda, pues fue en el lugar que se golpeó cuando cayó el último peldaño.El miedo la inundó por completo y no se encontró tranquila hasta que la doctora descartó daños en su embarazo.—No puedes llorar de esa manera, le haces daño al pequeño angelito que llevas en tu vientre.En medio de lágrimas y con dolor en su corazón por haberse roto mil pedazos, ella le contó a la doctora lo sucedido.—En este momento siento mucho miedo y solo deseo irme lejos, pues ese hombre por ser tan poderoso puede buscarme y tratar de quitarle la vida a mi hijo ¡Necesito salir de este lugar!La doctora quedó impactada con la historia que acababa de escuchar, pues aunque Amalia no le dio nombres ni apellidos, en su rostro demostraba horror y ella no podía dejar de ayudarla.—Creo poder colaborarte. En una ciudad un poco retira
Pasó una semana y Amalia seguía triste, pero decidió mantenerse ocupada en la cocina y todo lo que estuviera necesitando en el momento. Su esfuerzo fue tanto, que solo en una semana las ventas habían crecido notablemente y esto fue de gran alegría para Henry.—¿Acaso tiene superpoderes? Has logrado en una semana lo que no pude hacer en meses.—El ingrediente principal es nuestro positivismo. Te informo que es nuestra mayor arma y la que más nos cuesta utilizar.Él estaba mirando la manera tan organizada que ella llevaba las cuentas, compras, pedidos y demás. Eso lo dejó deslumbrado.—También se necesita un cerebro tan brillante como el tuyo ¿Qué tal si cenamos juntos esta noche?Ella no sabía cómo tomar la invitación y de inmediato su rostro se sonrojó.—¿Debo hacerlo?Él sintió su incomodidad y se acercó a ella —No te estoy dando una orden preciosa, solo quiero que te sientas cómoda con tu jefe y para que eso suceda tenemos que conocernos más.Hasta ese momento asomó una sonrisa —¿Lo