*Una reunión*Pasó una semana donde la búsqueda se profundizó, pero no tenían noticias alentadoras y las cosas con Mía se estaban saliendo de control. Ella insistía que era la viuda y heredera de todo y cada día actuaba más insoportable.—Espero que hayas venido a este lugar para informarme sobre el destino que está por tomar la empresa, pues si no lo sabes, todo se está saliendo de control.—Tienes razón y por eso he organizado una reunión para el viernes.—¿Vas a leer el testamento?Dylan la miró con rabia y colocó en blanco sus ojos —¡No hay testamento!—¿Entonces para qué será la reunión? —Junto a los padres de Dante hemos decidido dejar el manejo y control de la empresa en manos de los herederos que ha dejado mi amigo.—¡Es lo correcto! —celebró descaradamente con una amplia sonrisa y aplausos de emoción.—¿Te ves feliz?Solo hasta ese momento intentó disimular su alegría, pero ya era más que obvio su total desinterés.—Siento que llevando la empresa a la cima, honraré el nombre
*Algo inconcluso*Con un nudo en la garganta, el día jueves Amalia se paró frente a su jefe y lo miró con seriedad. Ella no sabía cómo emitir las palabras que tenía para decirle, así que no lo pensó más y se expresó.—Necesito salir del pueblo para el fin de semana, tengo algunas cosas personales que resolver. —ella solo lo dijo y se quedó esperando su reacción.—¿Está todo bien? Hace días que te noto un poco extraña.—Todo está bien, se trata de un asunto personal y debo ausentarme el fin de semana, pero prometo que para el lunes estaré de regreso.—Está muy claro que no confías en mí. —Se acercó a ella, tomó su mano con delicadeza y la miró a los ojos. —Pero aun así te ofrezco mi apoyo incondicional.Amalia se sentía miserable al no poder corresponderle a un hombre que se mantuvo junto a ella, aún embarazada de un niño que venía diferente. No le importó que tenía su corazón roto y siempre estuvo ahí apoyándola incondicionalmente. Se le rompía el corazón viendo la tristeza que salía
*De regreso*El viaje había iniciado y con este la tensión, pues Amalia sentía miedo. Llevaba con ella al pequeño Steve, trataba de recargar fuerzas mediante su bebé y las esperanzas de tener de vuelta a su madre. Con ese pensamiento se mantuvo todo el camino, pero al llegar al lugar que había abandonado de una manera tan triste y repentina, la hizo regresar a su realidad.La recibió el chófer de Dylan y la llevó al Penthouse que tenía en el centro. Su pequeño bebé estaba encantado con las luces y su rostro se iluminó conociendo nuevos lugares.—Bienvenida, Amalia. Solo tenemos tiempo para que te arregles para ir a la reunión.¿Había sido una buena idea regresar? Sabía que la respuesta era negativa, pero lo que no podía descifrar era lo que realmente sentía, pues a pesar del miedo se sentía en casa.—¿Debo asistir? —dejó salir sus palabras sin poder detenerla.Entonces Dylan caminó hacia ella y tocó su hombro. —Desde el principio, te dejé claro que esto no es una obligación. Ahora voy
*Un error*Steve se sentía amado en los brazos de sus abuelos. Las carcajadas, las miradas tiernas y la tranquilidad con la que permanecía en sus brazos hablaban de ello. Solo que el miedo estaba presente, pues Amalia lo tendría que compartir o quizás perderlo, ya que sus abuelos no estarían dispuestos a tenerlo lejos. No después de saber que existe y haberlo tenido entre sus brazos.—¡Hey! ¿Has escuchado lo que te he dicho?Dylan le habló, ella negó y lo miró con horror. —Tengo miedo. Creo que no fue una buena decisión regresar.—Siento mucho tener que decirte que el error lo cometiste al aceptar el contrato. ¿Pensabas que el bebé sería solo para ti?Su corazón cayó al vacío y lo peor era que no se podía devolver el tiempo para cambiar su decisión. Ella, sin poder detenerla, dejó caer dos gruesas lágrimas por sus mejillas. —Steve y mi madre son lo único que tengo.—Por eso insistía en que regresaras, esta es mi manera de ayudarte a que permanezcas al lado del pequeño Steve.—¿Ayudarm
La noche era oscura y los pensamientos robaban su tranquilidad en todo momento, así que Amalia cerró sus ojos decidida a poner su mente en blanco e intentar salir de su realidad.El agua del jacuzzi estaba en el punto perfecto y por fin su cuerpo inició a relajarse, pero no por mucho tiempo, pues empezó a sentir unas manos que se deslizaban por su cuello acariciándolo suave y sutilmente. Luego escuchó esa voz que le susurró.—Por favor, no abras los ojos.—¡No puede ser!Esa voz y ese aroma eran conocidos y fue cuando su corazón empezó a latir con gran velocidad. Ella quería abrir los ojos, pero hizo lo que se le ordenó y los mantuvo cerrados mientras disfrutaba de las caricias que la hicieron estremecer por completo. No sabía cómo nombrar lo que en ese momento sentía y solo disfrutó del momento relajante, pero de la misma manera que inició, terminó todo…—¡Dante! —gritó y abrió los ojos con esperanza de verlo, pero al buscar por todo el espacio no había nadie.Su cuerpo temblaba y as
«Narrador»En un gran salón de eventos Luxury en el centro de Manhattan, se estaba llevando a cabo una reunión donde celebraron un reconocimiento más a “Dante Jones": Un importante CEO que por años había sido nombrado “Empresario del año” Este logro permanecía firme cada año, pues su trabajo y desempeño lo mantenía siendo el número uno.Todos admiraban la inteligencia y capacidad que lo mantenía en la cima. Sin embargo, su rostro estaba seco y sin ninguna expresión, esa era su forma natural y la que todos ya conocían.—¡Mi querido y amargado amigo! —se acercó Dylan, su mejor amigo y compañero —¿Ya cansado de recibir el mismo nombramiento cada año?—¡Shhh! Siempre tan impetuoso y falta de respeto ¿Qué sucede si te escuchan los chismosos de la farándula y los paparazzi?Él se quedó mirando a Mía: Una socialité hermosa que cautivó a todos desde su ingreso a la importante reunión. Ella era esbelta, alta, cabello escandalosamente rubio y de carácter totalmente engreído y caprichoso.—No cr
Al siguiente día, llena de esperanza en una nueva oportunidad, Amelia se vistió acorde a la ocasión. Miraba su reflejo frente aquel viejo y roto espejo, mientras los nervios tomaban control absoluto de su cuerpo.—¡Hermosa! —escuchó la voz de su amiga Elisa, quien siempre está pendiente a todos sus pasos.—Me has asustado. ¿Ya se tocan las puertas?Ella con los ojos entrecerrados analizó a su amiga y la miraba con picardía —¿Tienes una cita y no me contaste?Amalia continuaba en el espejo —No sé si llamarla cita, pero el empresario Jones, me ha invitado esta tarde a una reunión.—¡No! ¿Volviste a verlo?—Él se acercó y me invitó esta tarde a su mansión.—¿Lo hizo en persona?Ella asintió con su rostro sonrojado mientras le daba vuelta a un mechón de su cabello.—¿Qué crees que te va a proponer?—¡No lo sé! Y no sigas haciendo preguntas que solo me estás poniendo más nerviosa.—¿Piensa que te comprará la virginidad? De ser así asegúrate de que sea bien pagada.—¡Elisa!! No me estás ayu
Con el corazón palpitante y sus rodillas a punto de traicionarla amenazando con tirarla al suelo, Amelia salió corriendo de la mansión y tomó un taxi. Ella después del beso había perdido el control por completo.En cuanto el chófer se percató de lo sucedido fue con su jefe, quien aún permanecía en la sala repitiendo en su cabeza cada gesto de la señorita que lo acompañaba hacía solo unos minutos. Él fue interrumpido por el molesto ruido de una persona que aclaraba su garganta.—¿Qué sucede?—La joven salió a toda prisa y no permitió que la llevará.—¿Se ha marchado? —se puso de pie mostrando su descontento.—¡Así es! Ella tomó un taxi y se marchó.Él se quedó un rato pensativo y luego miró a Samuel «su chófer»—¿Hiciste lo que te pedí sobre investigar a Amalia?—Como lo imaginé desde un principio, ella es una mujer marginal que no tiene nada que ofrecer.—No te pedí tu opinión, te pedí investigar a la joven. No me hagas enojar.—Bueno. Me enteré de que tiene a su madre internada en un