—estamos listas señor Salvatore— dijo Leticia con mucho entusiasmó
—¡Vaya! Les quedó muy bien el uniforme, tengo buen ojo, vengan conmigo por favor— el lobo mestizo sale de sus pensamientos
Leticia y Mía siguen a Kians hasta el auto de trabajo. —Este es, es automático así que no es difícil de manejar, por el día de hoy no les voy a enseñar a conducir. Hoy van a aprender cómo repartir la mensajería
—muchas gracias señor Salvatore, usted tiene empatía con sus empleados— Mía sonríe forzosamente —¿Me puede decir, si vamos a recorrer diferentes lugares?
Kians sonríe y luego niega con la cabeza. —¿Lo dices por buscar a tu hijo? Cada día se deben hacer recorridos a diferentes lugares. Conserva la calma, que trabajando para mí te va a beneficiar
—lo siento, es que todo esto es nuevo para mí y realmente espero encontrar a David, es mi objetivo, lo que más me importa
—descuida linda— Kians camina con firmeza hacia Mía y luego al quedar frente a ella, la tomó por sorpresa al abrazarla
Mía sin