Capítulo 161. Bienvenida inesperada.
Al llegar al hospital, el médico revisó a Amelia y al bebé, confirmando que ambos estaban en perfectas condiciones. La alegría en el rostro de Alejandro era evidente mientras acompañaba a su esposa y a su hijo hasta la habitación privada que les asignaron. Allí, por fin pudieron relajarse después de la intensidad del parto en casa.
Unas horas después, Esmeralda y Anaís llegaron para conocer al nuevo miembro de la familia. La emoción de Anaís era palpable; apenas podía contener su entusiasmo cuando vio a su hermanito envuelto en suaves mantas blancas.
—¿Puedo alzarlo? —preguntó la pequeña con una mezcla de curiosidad y emoción, mientras miraba con asombro al pequeño rostro que apenas había llegado al mundo.
—Claro —dijo Amelia.
—Ven y te ayudo mi niña —se ofreció Esmeralda,
Con cuidado, su abuela se lo puso en los brazos, mientras Anaís no dejaba de sonreír emocionada.
—¿Cómo vamos a llamar a mi hermanito? —preguntó Anaís, sus ojos brillando conmovida, sin apartar la vista del bebé.
A