Mundo ficciónIniciar sesiónLuna siempre ha vivido a la sombra de la opulencia, atrapada en una vida que no eligió. Tras perder a sus padres, quedó al cuidado de su tía Rosa y sus primas, quienes la explotan y desprecian, mientras ella trabaja incansablemente para sostener el hogar que no siente suyo. Lo que Luna ignora es que su padre, un empresario visionario, le dejó una herencia millonaria que fue arrebatada con engaños. Alessandro Moretti, un poderoso empresario italiano, lleva una vida aparentemente perfecta, pero vive bajo la constante presión de su padre, quien insiste en que debe casarse y sentar cabeza. Su camino se cruza con el de Luna de manera inesperada, cuando ella lo salva de un asalto en una noche crucial. Intrigado por la misteriosa mujer que lo ayudó, Alessandro decide investigar más sobre ella, sin saber que está a punto de desenterrar un pasado lleno de secretos. Cuando Alessandro compra la empresa donde trabaja Luna, sus mundos colisionan en una vorágine de poder, ambición y amor. Luna, con su bondad y fortaleza, comienza a desafiar las creencias de Alessandro sobre la vida y el éxito, mientras él la impulsa a descubrir su verdadero potencial y enfrentar las verdades ocultas de su pasado. En medio de engaños familiares, promesas rotas y corazones entrelazados, ¿podrá el amor superar las barreras de dos mundos completamente diferentes? Hola. Bienvenidos a mi mundo. No olviden que estoy en redes sociales como Genemua.Libros y en mis historias destacadas encontrarán a los personajes como yo me los imagino. Espero se puedan pasar por ellas y disfrutar de estos personajes. Nos leemos despues.
Leer másLa sala estaba repleta de trajes caros, relojes que valían más que un auto promedio y miradas frías que escrutaban a Luna como si fuera un error de sistema.—Buenos días —saludó ella, sintiendo la presión en cada célula de su cuerpo, pero sin permitir que su voz temblara.Comenzó su presentación. Los primeros minutos fueron fluidos, su voz transmitía fuerza y convicción. Algunos directivos tomaban notas, otros asentían. Pero no todos estaban impresionados.—Interesante enfoque, señorita Romano —interrumpió Giorgio Baresi sin esperar a que terminara—. Pero este no es un salón de beneficencia. Aquí priorizamos retorno de inversión, no cuentos sociales.Las palabras flotaron como veneno en el aire. Algunas risas discretas se escaparon entre los más conservadores de la mesa.Luna respiró hondo, sus dedos se aferraron al borde del podio. Pero no retrocedió.—Con todo respeto, señor Baresi —dijo con tono firme—, el retorno de inversión no solo se mide en ganancias inmediatas. Las marcas que
La mañana en la oficina Moretti se desarrollaba con una tensión apenas perceptible, pero latente como electricidad en el aire. Luna se concentraba en sus tareas, organizando presentaciones para el proyecto social que había diseñado junto a Alessandro. Él, por su parte, tenía una reunión importante, y su ausencia sólo sirvió para abrir una grieta en la normalidad.Camila y Sofía irrumpieron en el edificio con sus mejores atuendos. Ambas sabían que Alessandro solía revisar personalmente los proyectos en el piso ejecutivo, y aunque no trabajaban oficialmente allí, Rosa había conseguido pases temporales para que "visitaran a su prima". Una excusa tan débil como innecesaria: su objetivo estaba claro.—Hoy sí que estás deslumbrante, Camila —dijo Sofía con una sonrisa venenosa—. Pero recuerda que a Alessandro le gustan las mujeres con carácter, no solo con piernas largas.—Y a ti te gusta hablar mucho, pero no haces nada. Ya verás quién se lo gana —replicó Camila con los ojos centelleantes.L
Luna sintió un nudo en el estómago mientras se dirigía a la oficina del abogado de su padre. La noche anterior apenas había podido dormir. El recuerdo de la conversación con su tía Rosa y sus primas la perseguía, sus palabras impregnadas de veneno y resentimiento. Pero Alessandro le había dado fuerzas. Su actitud segura y el apoyo silencioso que le brindaba la impulsaron a querer respuestas. No podía seguir viviendo en la oscuridad, dependiendo de lo que otros le decían sin comprobar la verdad por sí misma.Al llegar al edificio, un elegante rascacielos en el centro de la ciudad, respiró hondo antes de cruzar la puerta. El bufete del abogado se encontraba en el piso quince, y el ascensor parecía moverse con una lentitud exasperante. Su corazón latía con fuerza cuando la recepcionista la saludó con una sonrisa profesional.—Buenos días, señorita Luna. El abogado Ramírez la está esperando.—Gracias —respondió con un leve asentimiento.La puerta del despacho se abrió y un hombre de cabel
La mañana siguiente, Luna se despertó con el incesante sonido de su alarma. Con un suspiro profundo, se incorporó en su cama, sintiendo el peso de la conversación de la noche anterior con Alessandro. Había algo en su forma de mirarla, en el modo en que sus palabras parecían esconder más de lo que revelaban, que seguía rondando en su mente. Sin embargo, no tenía tiempo para divagaciones; un día lleno de trabajo y sorpresas la esperaba.Al salir de su habitación, la casa ya estaba llena de movimiento. Rosa, su tía, estaba en la cocina, removiendo un café mientras sus primas, Camila y Sofía, cuchicheaban en la mesa del comedor. El murmullo cesó tan pronto como Luna entró.—Buenos días —saludó Luna con un tono neutro, intentando ignorar las miradas que sus primas le lanzaban.—Buenos d&i
El reloj marcaba las ocho de la noche cuando Alessandro estacionó su auto frente a la casa de Luna. Había insistido en llevarla hasta su puerta después de un largo día de trabajo, a pesar de las protestas de ella. Sabía que las miradas de su tía Rosa y sus primas Camila y Sofía estarían clavadas en cada movimiento que hiciera, pero Alessandro, con su habitual seguridad, no mostraba ni una pizca de incomodidad.—No tenías que traerme —murmuró Luna, bajando la mirada mientras abría la puerta del auto.—Ya te lo dije, Luna, no es negociable —replicó Alessandro con una sonrisa leve. Sus ojos se suavizaron por un instante antes de agregar—: Cuida lo que dices dentro, ¿de acuerdo? No es momento de levantar sospechas.Luna asintió, aunque su estómago se retorcía de nervios. Sabía que su familia había estado sospechando desde que Alessandro había aparecido en su vida, y ahora que la había llevado a casa, las preguntas serían inevitables.Al entrar, las miradas cargadas de Rosa, Camila y Sofía
Alessandro estaba inquieto. Había pasado toda la tarde anterior preparando a Luna para lo que estaba por venir. Él conocía bien a su familia y sabía que esta cena sería un reto tanto para ella como para él. La fachada que habían construido juntos iba a ser puesta a prueba, y aunque confiaba en la capacidad de Luna para salir airosa, no podía Luna, por su parte, estaba serena por fuera, pero por dentro un torbellino de pensamientos la abrumaba. Llevaba un vestido elegante pero sencillo, con un estilo que Alessandro había aprobado, resaltando su naturalidad sin intentar aparentar algo que no era. Cuando llegaron a la enorme mansión de los Moretti, ella sintió cómo su corazón latía con fuerza. Alessandro la miró de reojo y, como si adivinara sus pensamientos, tomó su mano con firmeza. —Recuerda, estamos juntos en esto —le susurró antes de abrir la puerta del auto. Fueron recibidos por Paolo, el hermano menor de Alessandro, quien acababa de regresar de Alemania. Su entusiasmo era contag





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