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6. Conociendo al equipo

—En el peor escenario, Sebastián toma control completo de la ciudad. Los humanos que no sean útiles como comida o servicio desaparecen. Los que quedan viven como ganado: bien alimentados, bien cuidados, pero completamente controlados. Nueva Orleans se convierte en el primer reino vampírico oficial en Estados Unidos, y eso inspira a otros vampiros en otras ciudades a intentar lo mismo.

—¿Y en cuánto tiempo podría pasar eso?

—Si Andy toma el control mañana? Sebastián podría tener dominación completa en seis meses.

Me quedé callada, imaginando mi ciudad natal convertida en algún tipo de granja humana distópica. Pensé en David de mi oficina, en el barista de mi café favorito, en todos los turistas inocentes que venían a Nueva Orleans buscando diversión y música, sin idea de que estaban caminando hacia una trampa.

—Mierda —dije finalmente.

—Sí.

—Mierda, m****a, m****a.

—Eso resume la situación bastante bien.

Puse mi cabeza en el volante y cerré los ojos. Una semana atrás, mi mayor preocupación era si David de contabilidad iba a seguir invitándome a almorzar. Ahora estaba decidiendo si regresar a Nueva Orleans para pelear una guerra que no entendía contra monstruos que no sabía cómo combatir.

—Si regreso —dije sin levantar la cabeza—, ¿me ayudarás?

—Haré lo que pueda.

—¿Incluso si eso significa ir contra otros líderes sobrenaturales?

—Sebastián ya es mi enemigo. Andy será mi enemigo si toma el poder. En cuanto a las brujas... depende.

Levanté la cabeza para mirarlo.

—¿De qué depende?

—De si Celeste decide que es más seguro aliarse con Sebastián o luchar contra él.

—¿Y si decide aliarse con él?

—Entonces seremos nosotros dos contra todo el mundo.

Nos quedamos sentados en silencio otra vez. En la distancia, pude escuchar sonidos del pantano: ranas, insectos, cosas moviéndose en el agua. Sonidos normales de una noche normal en Louisiana.

Excepto que nada de esto era normal.

—Está bien —dije finalmente—. Te doy una semana.

—¿Una semana para qué?

—Una semana para convencerme de que realmente puedo hacer algo útil en esta situación. Una semana para demostrarme que no voy a terminar muerta como Harold. Una semana para enseñarme lo suficiente sobre este mundo como para tomar decisiones informadas.

—¿Y después?

—Después, si no estoy convencida de que puedo hacer la diferencia, me voy. Y Andy puede lidiar con las consecuencias.

Logan me estudió por un momento.

—¿Y si al final de esa semana decides que puedes hacer la diferencia?

—Entonces supongo que me quedo y aprendo a ser la líder de la facción humana más incompetente en la historia de Nueva Orleans.

Logan extendió su mano.

—Trato.

Estreché su mano, sintiendo otra vez esa extraña electricidad cuando nuestras pieles se tocaron.

—Trato.

Puse el carro en reverse y empecé a regresar hacia Nueva Orleans.

—Logan.

—¿Sí?

—La próxima vez que te transformes frente a mí, avísame para que pueda cerrar los ojos o algo así.

Logan se rió, una risa genuina y cálida que hizo algo extraño a mi estómago.

—Trato —dijo otra vez.

Y mientras conducíamos de vuelta hacia la ciudad y hacia lo que fuera que me estaba esperando, no pude evitar pensar que tal vez, solo tal vez, había tomado la decisión correcta.

El domingo por la mañana, Logan me llevó a conocer mi herencia real: la base de la facción humana.

Resultó ser una iglesia abandonada en Treme que por fuera parecía lista para demolición, pero por dentro había sido convertida en algo que parecía salido de una película de espías de bajo presupuesto. Oficinas improvisadas donde antes estaban los bancos, equipo de comunicación donde había estado el altar, y suficientes armas para equipar a un pequeño ejército guardadas en lo que anteriormente había sido la sacristía.

—Harold fue muy minucioso —explicó Logan mientras me mostraba el lugar.

Quince personas me esperaban en lo que antes había sido la nave principal, todas sentadas en sillas plegables dispuestas en semicírculo. Parecían normales: una mezcla de edades, etnias, profesiones. El tipo de gente que verías en un Starbucks cualquier domingo por la mañana.

Excepto que varios tenían armas visibles.

—Así que tú eres la nueva jefa —dijo una mujer asiática de unos treinta años, levantándose de su silla—. Sarah Chen, ex-militar. Manejo seguridad y entrenamiento.

Su apretón de manos fue lo suficientemente firme como para hacer una declaración sin ser competitivo. Tenía esa postura y esa mirada directa que viene con entrenamiento militar real.

—¿Ex-militar como en...?

—Fuerzas Especiales del Ejército. Tres tours en Afganistán.

—¿Cómo te involucraste en esto?

Sarah se encogió de hombros. —Un vampiro mató a mi hermano menor en el 2018. Harold me ayudó a obtener justicia. He estado pagando el favor desde entonces.

El resto del grupo se presentó uno por uno: Marcus Webb, quien ya conocía; Dr. James Rousseau, un médico de emergencias que trataba heridas inusuales que no podían ir a hospitales normales; Tommy Boudreaux, un especialista en tecnología de veinticinco años que manejaba vigilancia y comunicaciones; y otros diez que tenían trabajos normales durante el día y luchaban contra monstruos por las noches.

Todos me miraron con esa expresión que reconocí de mis primeros días en trabajos nuevos: evaluación cautelosa mezclada con esperanza de que no fuera completamente incompetente.

—Está bien —dije cuando terminaron las presentaciones—. Voy a ser honesta: no tengo idea de lo que estoy haciendo. Hace una semana pensaba que mi mayor problema era un cliente que mentía en sus impuestos. Así que van a tener que ser pacientes mientras aprendo... esto.

Sarah asintió con aprobación. —Al menos eres honesta.

—¿Qué tan mal están las cosas realmente? —pregunté—. Y quiero detalles específicos, no generalidades sobre vampiros malvados.

Tommy abrió su ordenador y proyectó una presentación en la pared. Porque aparentemente incluso la resistencia sobrenatural usaba PowerPoint.

—Desapariciones inexplicadas han aumentado un 300% en los últimos dos años —comenzó—. Muertes por pérdida de sangre sin heridas visibles, otros 250%. Informes policiales sobre comportamiento animal inusual, 400%.

—¿Y la policía no se da cuenta del patrón?

Marcus se aclaró la garganta. —Sebastián tiene influencia en departamentos clave de la ciudad. Los reportes problemáticos tienden a perderse.

—¿Influencia como en sobornos o influencia como en control mental?

—Ambos —dijo Sarah—. Los vampiros son muy buenos convenciendo a la gente de ver las cosas a su manera.

Dr. Rousseau se inclinó hacia adelante. —He tratado a docenas de víctimas de ataques vampíricos en los últimos años. La mayoría ni siquiera recuerda qué les pasó. Sus cerebros simplemente llenan los espacios en blanco con explicaciones racionales.

—¿Como qué?

—Accidentes. Caídas. Ataques de animales. Anoche mismo una mujer juró que había sido atacada por un perro salvaje, pero las heridas eran claramente de colmillos vampíricos.

Tommy cambió a la siguiente diapositiva, mostrando un mapa de Nueva Orleans con puntos rojos marcando incidentes.

—El patrón está concentrado en áreas turísticas —expliqué, estudiando la distribución—. El barrio Francés, el distrito Garden, la zona cerca al puerto...

—Exacto —dijo Sarah—. Sebastián está siendo inteligente. Se alimenta de turistas y gente que no será extrañada inmediatamente.

—¿Y Harold qué hacía para detenerlo?

—Documentaba todo —explicó Marcus—. Mantenía presión sobre figuras políticas clave. Aseguraba que ciertos casos no fueran archivados. Era más control de daños que prevención activa.

—¿Porque no tenía poder real para detener a Sebastián directamente?

—Harold era solo humano —dijo Logan—. Inteligente, bien conectado, pero humano. No podía enfrentar a Sebastián físicamente.

Estudié el mapa de incidentes, buscando patrones que tal vez otros habían pasado por alto. Era como analizar datos financieros, pero en lugar de buscar discrepancias en números, estaba buscando discrepancias en comportamiento predatorio.

—Aquí —dije, señalando un área del mapa—. ¿Por qué no hay incidentes en Marigny? Está lleno de turistas, especialmente por las noches.

Tommy revisó su ordenador. —Tienes razón. Ningún incidente reportado en esa zona en seis meses.

—¿Por qué?

—Porque es territorio de la manada —dijo Logan—. Sebastián respeta ciertos límites territoriales. Por ahora.

—¿Qué otros límites respeta?

Sarah consultó una lista. —No alimentarse dentro de tres manzanas de iglesias activas. No atacar durante eventos religiosos importantes. No más de dos muertes por semana durante temporada turística alta.

—Espera. ¿Hay un límite acordado de cuántas personas puede matar?

—Harold negoció esos términos hace años —explicó Marcus—. Era el mejor acuerdo que pudo conseguir.

—¿Dos personas por semana?

—Comparado con lo que Sebastián quería originalmente, era una victoria.

Me quedé callada por un momento, procesando el hecho de que mi padrastro había pasado años negociando cuotas de asesinato como si fueran límites de pesca.

—Está bien —dije finalmente—. Quiero cambios inmediatos.

—¿Qué tipo de cambios? —preguntó Sarah.

—Primero, patrullaje activo. No más solo documentar después del hecho. Quiero equipos en las calles todas las noches, especialmente en áreas de alta actividad turística.

Tommy levantó una mano. —Eso va a requerir mucha más coordinación. Y equipos más grandes.

—Entonces reclutamos más gente.

—¿Cómo? —preguntó Dr. Rousseau—. No es como si pudiéramos poner anuncios clasificados buscando cazadores de vampiros.

—Empezamos con víctimas supervivientes. Gente que ha sido atacada pero que obviamente no está bajo control mental si los has estado tratando.

Sarah asintió lentamente. —Eso... podría funcionar.

—Segundo —continué—, sistema de alerta temprana. Quiero que Tommy configure una red de comunicación para que podamos responder a ataques en tiempo real en lugar de descubrirlos horas después.

—Factible —dijo Tommy—. Puedo usar una aplicación encriptada, conectarla con cámaras de seguridad existentes...

—Tercero, entrenamiento. Todos necesitamos saber cómo luchar contra vampiros efectivamente, no solo cómo limpiar después.

Logan sonrió ligeramente ante eso. —Eso puedo manejarlo yo.

—¿Y cuarto? —preguntó Sarah.

—Coordinación directa con la manada de Logan. Nada de más territorialidad. Si vamos a hacer esto, lo hacemos como aliados reales.

Se hizo silencio en la habitación. Varios miembros del grupo intercambiaron miradas.

—¿Qué? —pregunté.

—Harold nunca quiso coordinación tan estrecha —explicó Marcus—. Decía que era importante mantener cierta separación entre facciones.

—Harold está muerto —dije directamente—. Y claramente su enfoque no estaba funcionando lo suficientemente bien.

Sarah se enderezó en su silla. —¿Estás segura de que quieres tomar un enfoque tan agresivo? Sebastián no va a reaccionar bien a cambios drásticos.

—Que Sebastián no reaccione bien es exactamente el punto. Ahora mismo, él marca el ritmo. Nosotros solo reaccionamos. Quiero cambiar eso.

Logan me miró con algo que podría haber sido admiración. —Harold habría estado orgulloso.

—Harold habría estado vivo si hubiera sido más agresivo.

Eso calló a todos.

—Está bien —dijo Sarah después de un momento—. ¿Cuándo empezamos?

—Esta noche. Tommy, quiero el sistema de comunicación funcionando antes del anochecer. Sarah, divide a todos en equipos de patrullaje. Dr. Rousseau, haz una lista de víctimas supervivientes que podrían estar interesadas en unirse. Marcus, necesito entender todos los acuerdos legales y financieros que Harold tenía en marcha.

—¿Y tú qué vas a hacer? —preguntó Logan.

—Voy a aprender a no morir en una pelea contra vampiros.

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