Capítulo 4. Inquietudes.
Capítulo 4.
Inquietudes.
Kaitlyn forja una sonrisa, la velada da inicio, todos están disfrutando, la cena es un éxito y ella logra acercarse más a Cristal, jugando con sus muñecas; la hace reír.
—Buenas tardes, señora, ¿le gustaría tomar el té? —dice la pequeña juguetona.
—Me encantaría, joven.
—Pase por aquí, siéntese. —Ellas juegan al té.
Las risas provenientes del pequeño salón al lado llaman la atención de Máximo, quien las observa en silencio.
—Cristal, ya son más de las 10, cariño, debemos ir a la cama —anuncia la Nana.
La pequeña no le presta atención; ella enfoca a Kaitlyn, quien intenta recoger los juguetes.
—¿Vienes, Kaitlyn? —pregunta inocente, llamando la atención de Kaitlyn, quien se sorprende de la atención que recibe de la pequeña.
—Sí, te acompañaré.
—¿Me cargas? —La pequeña le extiende sus manos y ella la toma en sus brazos con tanta delicadeza; le da un pequeño abrazo, cerrando los ojos por un instante al sentir el apego de lo que se sentiría ser madre. Al