Rebeka luchó cuando se vio en el asiento trasero con Luciano, su peor pesadilla de nuevo, el hombre siempre bien vestido y perfumado con porte y todo un galán le daba repugnancia y se arrepentía de alguna vez haberse sentido enamorada de él.
—Quédate quieta o te golpeo.
—Jamás, desgraciado infeliz —Rebeka le lanzó un golpe con el puño cerrado, pero Luciano lo esquivó, le hizo una llave inmovilizando y la hizo mirar al frente.
—Mira a quién tengo —Rebeka observó que en el puesto de copiloto estaba dormida y amarrada Victoria, con un hermoso traje de pasarela, bastante descubierto y con maquillaje de fantasía, era obvio que la sacaron cuando se preparaba para salir a la pasarela.
—Viste mi vida, por fin pudimos salir con tu amiga Victoria.
—¡No!, maldito, que le hiciste, ¡Victoria! —le gritó a su amiga—, ¿por qué no despierta?
—Dejala en paz. Victoria está dando un viaje increíble ahora mismo.
—Malnacido, psicópata, ¿por qué? ¿Qué te ha hecho ella?, estaba sobria