Diego corrió y la enorme puerta del galpón estaba abierta y a Luciano lo estaban montando en un automóvil, no habían menos de cien hombres y habían matado a los más de treinta que cubrían el lugar, Diego disparó, pero fue inutil, el auto era blindado, fue por Massimo y Michael, este último se levantó.
—Estoy bien…
—¿Estás seguro? —preguntó Diego y Michael se quitó la camisa, llevaba chaleco antibalas, Diego se arrodilló junto a Massimo.
—Papá… —dijo sin pensarlo— ¿tienes chaleco?, dime que tienes chaleco, por favor, el miedo fue terrible cuando a pesar de sentir el chaleco había sangre.
—Duele, no recordaba que doliera tanto —Diego rompió la camisa y justo debajo del chaleco había un agujero de bala.
—Debo sacarlos de aquí, Michael ayudame…
Entre los dos iban a cargar a Massimo, pero este no dejó y solo pidió que lo ayudaran a ponerse de pie, Diego notó que Michael también sangraba en el muslo.
—Tienes un balazo en la pierna —dijo Diego—, maldito Luciano, ¿qué f