Capítulo 33: Nunca suya.
Enojo, era todo cuanto sentía Laurent; una ira terrible que lo estaba consumiendo, todo cuento había deseado desde hacía años se había derrumbado justo en el momento en que Victoria Bianchi había sido quien abrió, en paños menores, la puerta del departamento de su hermano Lorenzo, siempre Lorenzo, aquel miserable tomaba todo lo que debía haber sido suyo desde un principio, el amor de su madre, la admiración de su padre, y también, el amor de Victoria.
Siempre había sido lo mismo, aquel maldito bastardo gozaba de arrebatarle todo lo que le importaba…todo lo que más apreciaba, pero no lo aceptaría, no esta vez; no cedería a la hermosa rubia solo así, esta vez el no sería el perdedor y demostraría cuan superior era a Lorenzo.
— ¿Me llamaste solo para verte de mal humor? — decía una hermosa y exuberante rubia.
Laurent observo a aquella hermosa rubia sentada frente a él, Ginevra Armani era una mujer hermosa, una femme fatale en toda la definición, sus cabellos era dorados como los rayos de