Capítulo 120: Un mal presentimiento.
La delicada mano femenina sostenía con gracia aquella copa rellena de fino y costoso vino, el calor agradable de las playas paradisiacas en la Riviera Maya de México, bronceaba su piel fina de blanca porcelana, todos estaban a su merced, atendiendo a la hija de un multimillonario recién fallecido, había quedado amparada desde la muerte de su padre, por supuesto, y aquella amasada fortuna le había provisto de una vida de excesos y lujos como siempre había estado acostumbrada, era un sueño perfecto para una joven con altas expectativas de vida.
Eran ya tres años desde que había escapado de las garras de la muerte, eran ya tres años desde que ella disparó contra Victoria Bianchi en un intento desesperado para deshacerse de ella, sin embargo, no lo solo no lo había conseguido, si no, que la maldita perra a la que ya aborrecía con su alma le había dado un hijo más a Lorenzo, además, y para gran furia de la rubia que admiraba el hermoso paisaje del océano color turquesa, la maldita infeliz