Cuando se bajan del coche, frente a la entrada del hotel, Giorgia está enfrascada en una conversación telefónica con su padre, hablando de la reunión y los pormenores de la remodelación; pero en su mente va pensando en la seria conversación que debe sostener con Julian cuando estén en privado. Es hora de poner los puntos sobre las íes y dejar clara la situación para que la sociedad prospere, o tendrán que ponerle fin, porque ella no está dispuesta a seguir tolerando las cosas que pasan con respecto a él. Estaba de lo más tranquila trabajando sola, sin disturbios, ni complicaciones con socios idiotas.
Cuando Julian oprime el botón del ascensor para que ambos entren y suban al último piso del hotel, todavía sigue pensando en lo que sintió al ver a ese tipejo viéndole el trasero a Giorgia. No entiende qué le pasa, qué mosquito le habrá picado; aunque al final ha deducido que se trata al cambio de clima; obviamente, el potente sol de Las Vegas le está afectando el raciocinio y por eso e