Capítulo 94. La verdad silenciada.
~Lira~
No fue metafórico, sino literal. La tostada se me atoró en la garganta, el jugo salió por mi nariz y tuve un ataque de pánico.
Me golpeé el pecho, tosí y me limpié la nariz con la manga de mi sudadera como un mapache salvaje, luego la miré como si acabara de abrir las puertas del infierno y me preguntara si conocía a Lucifer en persona.
—¿De qué... de qué estás hablando? —Chillé, con la voz tres octavas más aguda y los ojos demasiado abiertos para parecer inocente—. Yo no... ¡yo no estaba follando a nadie!
Ni siquiera parpadeó, solo inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado como una terapeuta a punto de diagnosticarme con el "Síndrome de Puta Mentirosa".
Intenté recuperarme, respiré hondo y solté la mentira más caótica y peor planificada de toda mi existencia.
—Estaba usando un vibrador —dije rápidamente—. Y mis jodidos dedos. ¿De acuerdo? Eso es todo. Literalmente, todo. Autocuidado, como hacen las chicas normales cuando están... hormonales, ovulando y aburridas. Solo estaba.