—¿El Alfa ayuda con el entrenamiento? —le pregunto a Jasmine.
—Claro, viene todos los días a ayudarnos a entrenar. El entrenamiento es obligatorio sin importar la edad o el género —observo mientras Tessa, la chica que Jasmine me dijo que evitara, corre por el campo hacia el Alfa, aferrándose a él como una sanguijuela.
—Ajá, Tessa está obsesionada con el Alfa. Parece pensar que él la elegirá como su pareja —dice Jasmine, y yo asiento. Por alguna razón, verla aferrarse a él me molestó un poco, pero lo aparté de mi mente y volví mi atención a mi almuerzo. No quiero problemas con ella, especialmente si es tan mala como Jasmine dice que es.
—¿Cuántos años tiene el Alfa? —pregunto. Parece bastante joven comparado con mi último Alfa, que está en sus cincuenta.
—Veinticinco. Es un buen Alfa, estricto pero justo. Mucho mejor que su padre, que era un completo idiota y más bien un dictador —muerdo mi sándwich, observando cómo preparan el equipo.
—Entonces, ¿tomó el control de la manada cuan