Jasmine trota hacia adelante cuando reconoce a uno de ellos.
—Ese es Jake. Jasmine y Jake solían ser mejores amigos en la primaria. Supongo que aún son cercanos. A veces se ven —me dice Tessa, señalando a un chico de cabello rubio que corre hacia ella, pasa un brazo por sus hombros y la arrastra hacia el pasto a su lado.
—Bien, ella es Ellie, ese de ahí es Daniel —presenta, señalando al que parece un poco más joven que Tessa, de cabello oscuro y rizado—. Ese es Steve —dice, apuntando a un chico alto, de cabello rubio, ojos azules y sonrisa pícara—. Y por último, pero no menos importante, Myles —agrega, señalando al último chico. Él saluda con la mano antes de que el fuerte olor a marihuana llegue hasta mi nariz.
—Luna —dicen todos, y niego con la cabeza.
—Por favor, no me llamen así aquí, es vergonzoso —les digo. Ellos asienten y Myles se encoge de hombros.
—Entonces Ellie —dice Myles, entregándole un porro a Jasmine. Ella lo toma, le da una calada y se lo pasa a Jake. Yo le lanzo una