Alice estuvo unos cinco días más en el hospital, Luis le dio el alta, sentándose mi esposa en una silla de ruedas que le llevaron para marcharnos del hospital y llevarla hasta mi coche, aunque temía que cuando estuviéramos en mi coche, ella no quisiera que la llevará a nuestra casa, no la iba a obligar por supuesto, pero la necesitaba conmigo, cuidarla como se merecía y mimarla con caricias y regalos
— ¿A dónde te crees que me llevas? — pregunto
— A nuestra casa, como es lógico — hay estaba la pregunta que tanto temía
— No, yo quiero irme con mi amiga a vivir — me dijo
— Alice mi amor, por favor, cuantas veces quieres que te pida perdón por todo lo que te he hecho pasar, estoy dispuesto a cumplir lo que me digas, te amo y eso nadie lo va a cambiar — le dije
— Promete que nunca me humillaras ni me ________
Apreté mi boca a la suya, introduciendo mi lengua, buscando la suya que enseguida la enredó con la mía, rodeandome Alice el cuello con sus brazos, basándonos en medio del aparcamien