— ¿Marco Torino? — escuche la voz de un hombre, al mirarlo vi que era un policía uniformado
— Si soy yo — le dije
— ¿Podemos hablar con usted? – me pregunto
— Si claro, digame — respondió
— ¿Sabe cómo le ha podido ocurrir a su esposa el accidente?¿no estaban juntos?-- me pregunto
— No, yo estaba en una cena de negocios, — le dije
— Su esposa andaba perdida por una peligrosa carretera y la han embestido de pronto, dándose a la fuga el conductor, según nos han dicho los policías que fueron a socorrerla ¿Sabe que hacía por esa carretera?
— La verdad es que no, además ya no vivíamos juntos — les conté
— Lo comprendo, bueno perdone la molestia, si hay algo nuevo, le avisaremos — me dijo aquel policía
— Gracias, se lo agradeceria — fue lo único que pude decir, antes de sentarme y llorar como un niño pequeño, poniendo Bianca su cabeza en mi hombro
— Marco, veras como sale de esta, Alice es fuerte, no llores por favor — me decía llorando Bianca
— Tiene que haber sido ese cabron de Devon, la