William se sentó a mi lado, rodeando mi hombro con su brazo, poniendo mi cabeza en su cuello, sintiendo su calor y la paz que transmitia
— Cuando estabais fuera en la calle, vino al dormitorio ese que vistes, se llama Marcell y creia que me iba a volver a violar, como ya hizo varias veces al estilo salvaje — le dije, sintiendo un nudo en la garganta
— No se lo iba a permitir, que te tocara un solo pelo otra vez, menos mal que pillamos a esos cabrones en el momento oportuno, — me comentó
— La policía de aquel lugar, son los que más o menos se encargaron de ayudarnos a su detención, además está también tu amiga Bianca dispuesta a testificar todo lo que ese sinvergüenza de Marco te ha hecho pasar — me dijo
— ¿Cómo está mi amiga Bianca? — pregunte
— Esta bien y muy contenta, cuando le dije que ibamos a rescataros a ti y a mi hijo, y está deseando declarar contra Marco, hacerle pagar lo que te hizo — me respondió
— Pero yo necesito un buen abogado para que lleve mi caso, Marco tiene mucho