Ahora todo me parecía realmente estúpido, me había dejado engañar por los ruegos de mi novio esa noche, su suplica desesperada para que pasará esa noche con su jefe a cambio de es pila de dinero y ese gran ascenso, con la falsa promesa de que nada cambiaría en nuestra relación y que incluso al fin nos casaríamos... Y lo que era peor, me había dejado seducir por ese hombre, ese desconocido y su deslumbrante caballerosidad.
—Eres tan tonta, Hannah —murmuré para mí misma, mirando la tarjeta de ese CEO mientras esperaba a que Sean volviera a casa.
Quería hablar, solucionar las cosas, llegar a algo ...
Pero Sean no apareció durante los próximos días, no volvió a casa ni tampoco me llamó. Pero supe que tomó el ascenso y que se divertía todas las noches en bares, restaurantes y centros nocturnos, pagando bebidas y fiestas para sus amigos con el dinero que ese hombre pagó por mí.
Aun así, continué buscándolo porque no quería que nuestra relación de 8 años acabará así, llevábamos juntos tanto t