― Hola, mago supremo. Me preguntaba cuándo aparecerías. Desde nuestro último encuentro, he estado esperando volver a pelear contigo ―dijo, sin apartar la vista del enemigo.
Eso confirmaba que ya se habían enfrentado antes.
― Andrómeda, vete de aquí ―dijo Liam, sin siquiera mirarme. Toda su atención estaba en el mago oscuro.
Pero en cuanto pronunció mi nombre… el mago me miró directamente.
― ¿Princesa Andrómeda? ―su voz sonaba temblorosa, como si algo en él se hubiera quebrado.
Por alguna razón, parecía conmocionado.
― Sí… ¿nos conocemos? ―pregunté con cautela. Sentía que algo no estaba bien. Su actitud había cambiado y la oscuridad a su alrededor comenzaba a intensificarse.
― Creí que habías muerto. Eso fue lo que tus padres dijeron a todos… Dime algo, ¿la princesa Alena sigue con vida?
― No…
― Ya veo… entonces solo ella murió aquella noche ―murmuró.
Sus palabras me confirmaron que esa persona me conocía… pero yo también sabía quién era. Quería preguntarle su nombre, confirmar su ident