Durante esa noche, Amelia seguía reflexionando sobre las palabras de Maximilian, sin lograr comprender del todo su significado. A pesar de sus esfuerzos por conciliar el sueño, la inquietud la mantenía despierta. De repente, las palabras de Marcus resonaron en su mente: "Amelia, mi querida Amelia... ese hombre es tan implacable como yo. No te engañes pensando que puede convertirse en tu salvador. No seas tan ilusa."
—¿Y si con aguas turbias se refiere a que piensa quitarme a los trillizos? —se preguntó, inquieta—. Después de todo, Maximilian nunca ha actuado como un héroe por mí... aunque...
Hizo una pausa al escuchar pasos en el pasillo. Sacudió la cabeza, decidida a no dejarse manipular por las mentiras de Marcus y su falsedad.
Maximilian, por su parte, se llevó ambas manos detrás de la nuca y miró al techo con desesperación. La imagen de Amelia se había clavado en su mente, torturándolo, y pensar que a pocos pasos de distancia estaban esos niños lo aturdía aún más.
Camila se levan