De repente, Amelia aferró su antebrazo con una urgencia increíble. Maximilian, aún confundido, la miró intrigado por su accionar. En el momento en que ella lo tocó, una corriente eléctrica pareció recorrer su extremidad, despertando sensaciones que preferiría ignorar. Había una inigualable conexión entre ellos, incluso si ambos se esforzaban por negarlo.
Justo entonces, Joseph llegó y Maximilian la alejó de él, provocando que Amelia se tambaleara un poco. Se paralizó, sintiendo que el mundo se desvanecía a su alrededor.
—No te conozco, así que no deberías actuar así —espetó, su voz firme pero con un tono de desconcierto.
Amelia se quedó incrédula ante su negación. Joseph iba a añadir algo más, pero en ese momento, la voz de Marcus interrumpió la tensión en el aire. Amelia sintió que su cuerpo se descompensaba, incapaz de soportar tanto revuelo. Intentó calmarse y actuar con normalidad.
—Señorita Williams, la estaba buscando por todos lados. Tengo que presentarte a unos colegas —comenz