Después de dos meses de trámites, finalmente estaban a punto de recibir a Damián, ese pequeño que los había enamorado desde el primer momento. Es que solamente había bastado una mirada para saber que era todo lo que habían estado buscando. Y ahora estaba a punto de adoptarlo legalmente.
Con el corazón latiendo de emoción, la pareja llegó a la puerta del orfanato, donde luego de las firmas correspondientes, una trabajadora les entregó al bebé.
—Cuídenlo mucho, por favor —les dijo la mujer entre lágrimas. Y por lo que podían intuir, era quien se había encargado de su cuidado desde que llegó al albergue, así que era normal que estuviera tan apegada a él. Cosa que le dio un poco de pesar a Regina.
—Lo cuidaremos —prometió y, ciertamente, pensaba cumplir con su palabra. Porque ya amaba a ese niño como si fuera suyo.
Regina recibió a Damián en brazos, quien ahora era su hijo, detallándolo con devoción y encontrándolo simplemente hermoso. Porque lo era. El pequeño ahora tenía 11 meses, y su