El teléfono de Regina no paraba de sonar. Ya no soportaba escuchar el sonido del aparato, aunque no era únicamente el pitido del mismo lo que atormentaba su mente, era el conjunto de un todo: el recuerdo de su descubrimiento en la casa de Ismael, la discusión con Nicolás, el caos total en el que se había sumergido su vida a causa de los dos hombres.
“Ismael”, leyó en la pantalla del celular.
Sin querer leer su mensaje, deslizó el dedo para borrarlo.
Se sentía triste y decepcionada.
No había esperado ese duro golpe por parte de él.
Pero, aparentemente, para ella las cosas serían nuevamente así.
Otra vez…
Otro hombre que la buscaba con una finalidad oculta…
Cansada de pensar demasiado, se levantó de su escritorio y dio vueltas por su oficina. La pila de trabajo que la esperaba era abrumadora, pero al mismo tiempo un alivio. Necesitaba mantener su mente ocupada. No quería pensar en nadie.
Pero una cosa era lo que ella quería y otra era lo que el destino le tenía preparado.
Cuando s