Charlamos un poco, hasta que es hora de ir a cenar a casa; para este momento Mia ya debió hablar con Alexander, seguro que su decisión no la harán saber durante la cena.
Al llegar a casa mis padres le piden a Bern que pase al estudio a hablar a solas con ellos; los tres se encierran en el estudio, estoy tan nerviosa que ni siquiera me acerco a escuchar, en lugar de eso salgo a mi jardín, pronto veo a Daniel acercarse a mí de prisa y antes de que pueda huir de él, está frente a mis ojos.
— ¿Podemos hablar?
—Sí—titubeo un poco.
—Comprendo que Marie te conto…
—Así es—me apresuro a responder.
—Lena, yo me enamoré de ti al conocerte, no cuando nos hicimos amigos; quiero que comprendas eso, que mi intención no es enamorarte, es cierto, me gustas y mucho, pero sé que tienes un amor que por fortuna puede ser correspondido pronto y yo respeto eso, por eso no creí necesario mencionar mis sentimientos; quiero que seamos amigos, no quiero perder mi amistad contigo.
«Que alivio que sea así, al men