70. Mirando lo que es mío
Satarah bajó los escalones acercándose hasta donde estaba el resto de la gente gritando y animando a los hombres pero el apodo que más resonaba era el de Dimitry.
Una mano la interceptó desde atrás y casi gritó pero se dio cuenta de que era Valerik.
—Satarah, ¿Por qué demonios hiciste eso?
—Querías que viniera aquí y detuviera esto. Lo estoy haciendo.
—No así, no exponiéndote. Obviamente esperaba que lo detuvieras pero llegamos muy tarde. Una vez que los hombres están en el ring solo salen ganadores o perdedores.
Satarah se estremeció porque el término "perdedor" allí era horrible.
El perdedor simplemente moría.
La desesperación se adueñó de ella en medio de los gritos de la gente.
—¡Tiene que haber una manera! ¡Necesitamos pararlo!
—No, mierda. Escúchame, será mejor que nos vamos a la casa, fue un error traerte aquí.
—¡No voy a ir a ningún lado!
—Tarah...
Ella vio los ojos llorosos de Rashel y detuvo su histeria aunque por dentro estaba tan asustada y preocupada.
Abrazo a Rashel y la