7. Reunión familiar
DOS SEMANAS ANTES:
Como Gian lo había pensado, la mafia rumana comenzó a atacarlo creyendo que era él quien estaba haciéndose cargo de transportar las armas.
La lluvia de disparos se desató entre ambos bandos. Pero Gian se dio cuenta quién estaba a cargo de la misión. El hombre rodeó el camión donde creía, iba la mercancía y al abrirlo se dio cuenta que no había nada, golpeó a uno de los que estaba molestándolo y le disparó en la cabeza con el silenciador acercándose, sin vacilar al imbécil que era el líder y apoyó su arma en la sien de este ocasionando que se tensara.
—Llévame hasta donde está tu líder o tus dedos estarán regado en el suelo —murmuró fríamente—. No intentes nada, no estoy para juegos, no me cabrees. Suelta el arma y camina.
El hombre hizo exactamente lo que Gian le pidió y él hizo que se subiera al camión.
—Guíanos.
—Mi jefe te descubrirá.
—Eso es lo que quiero, llegar a tu jefe.
—Infórmame, Damiano.
—Underboss, está hecho. Ya hicimos la entrega.
Gian casi sonrió en s