221. Duele tanto
—N-no podemos hacer eso…
Sus mejillas estaban completamente rojas, apartándose ligeramente de su esposo, quien le dedicaba una oscura y seductora mirada, mientras sus manos no se detenían.
—Dimitry…
Pero no añadió nada más, su tono era una advertencia, había algo más allá de aquello, la excitación se notaba con cada letra de su nombre pronunciado. El deseo ardiente se extendía por sus cuerpos.
—Será divertido —Prometió él.
Satarah sentía que su corazón iba a salirse de su pecho ante la tensión que estaba percibiendo.
Esta vez no pudo detener sus propias acciones, y su boca, buscó los labios de su esposo ansiosamente. Lo que dejó clara su posición sobre aquel beso y los dedos de Dimitry pronto apartaron la tela de sus bragas a un lado encontrando la humedad entre sus piernas arrancando un gruñido de la garganta de él.
El murmullo de las voces a su alrededor le importó muy poco a Dimitry, pero Satarah se forzó a alejarse de sus labios intentando no perder la cordura y fingir que todo est